El periodismo independiente
La prensa no comprometida fortalece el sistema democrático con un espíritu crítico y opiniones pluralistas.
Nota extraída del Diario de Cuyo
Se celebra hoy el Día del Periodista, una jornada instaurada en 1938 por el Primer Congreso Nacional de Periodistas celebrado en Córdoba, conmemorando el primer medio de prensa con ideas patrióticas del país, la "Gazeta de Buenos Ayres'' fundado por Mariano Moreno, cuyo primer número salió el 7 de junio de 1810.
Históricamente, la misión del periodismo independiente completaba el sistema republicano, en la medida en que venía a darle a la gente común la posibilidad de examinar y evaluar, con libertad y espíritu crítico, la marcha de las actividades políticas e institucionales y a impulsar, así, la renovación permanente y auténtica de las estructuras del sistema democrático. ¿Podrían los ciudadanos, la abrumadora mayoría de éstos, ejercer ese derecho a la información sin los medios de comunicación masiva y, por lo tanto, sin el trabajo de los periodistas? Sería difícil pero no imposible.
Por eso, los diarios no tardaron en incorporarse, históricamente, a la órbita cultural de las naciones democráticas. El periodismo es, simplemente, una expresión de libertad nacida del seno de la propia sociedad independiente y abierta a la búsqueda de la verdad y del progreso, y en todo caso, al alumbramiento de las corrientes de opinión pública necesarias para el crecimiento y la dignificación de la democracia, respetando el derecho de elección de cualquier otro medio y de expresión que corresponde a los ciudadanos para manifestarse individualmente.
Allí donde el periodismo haga oír su voz, la ciudadanía reconocerá su propia voz y descubrirá si le es útil los contenidos de los medios y si no elegirá su propio rumbo. Será una voz múltiple y diversa, será un rumbo infinito y variado. Y será la garantía segura y definitiva de que no habrá mejores oportunidades para elegir en un conjunto de voces luminoso, hijo de la libertad, de objetividad, del pluralismo y del respeto a la infinita diversidad de los destinos humanos.
La libertad de prensa o de información es una de las libertades que más protegen casi todas las constituciones. La experiencia internacional enseña que allí donde el periodismo independiente encuentra dificultades para desenvolver plenamente su actividad, se va deteriorando una de las principales fuentes para mantener una población activa y participativa, consustanciadas con el interés general y el bien común.
Más libertad debe significar, para los hombres de una nación y de los periodistas más deberes y más responsabilidades. Y, sobre todo, el compromiso renovado día tras día de servir a la verdad.
Se celebra hoy el Día del Periodista, una jornada instaurada en 1938 por el Primer Congreso Nacional de Periodistas celebrado en Córdoba, conmemorando el primer medio de prensa con ideas patrióticas del país, la "Gazeta de Buenos Ayres'' fundado por Mariano Moreno, cuyo primer número salió el 7 de junio de 1810.
Históricamente, la misión del periodismo independiente completaba el sistema republicano, en la medida en que venía a darle a la gente común la posibilidad de examinar y evaluar, con libertad y espíritu crítico, la marcha de las actividades políticas e institucionales y a impulsar, así, la renovación permanente y auténtica de las estructuras del sistema democrático. ¿Podrían los ciudadanos, la abrumadora mayoría de éstos, ejercer ese derecho a la información sin los medios de comunicación masiva y, por lo tanto, sin el trabajo de los periodistas? Sería difícil pero no imposible.
Por eso, los diarios no tardaron en incorporarse, históricamente, a la órbita cultural de las naciones democráticas. El periodismo es, simplemente, una expresión de libertad nacida del seno de la propia sociedad independiente y abierta a la búsqueda de la verdad y del progreso, y en todo caso, al alumbramiento de las corrientes de opinión pública necesarias para el crecimiento y la dignificación de la democracia, respetando el derecho de elección de cualquier otro medio y de expresión que corresponde a los ciudadanos para manifestarse individualmente.
Allí donde el periodismo haga oír su voz, la ciudadanía reconocerá su propia voz y descubrirá si le es útil los contenidos de los medios y si no elegirá su propio rumbo. Será una voz múltiple y diversa, será un rumbo infinito y variado. Y será la garantía segura y definitiva de que no habrá mejores oportunidades para elegir en un conjunto de voces luminoso, hijo de la libertad, de objetividad, del pluralismo y del respeto a la infinita diversidad de los destinos humanos.
La libertad de prensa o de información es una de las libertades que más protegen casi todas las constituciones. La experiencia internacional enseña que allí donde el periodismo independiente encuentra dificultades para desenvolver plenamente su actividad, se va deteriorando una de las principales fuentes para mantener una población activa y participativa, consustanciadas con el interés general y el bien común.
Más libertad debe significar, para los hombres de una nación y de los periodistas más deberes y más responsabilidades. Y, sobre todo, el compromiso renovado día tras día de servir a la verdad.