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El peor récord del Congreso desde 1987

Los datos fríos de las estadísticas son lapidarios: este año, el Congreso sancionó apenas 64 leyes, el registro más bajo desde 1987 y muy lejos de las más de 100 que aprobaron las sucesivas camadas de legisladores desde la restitución de la democracia.

Esta escasa productividad legislativa obedece, básicamente, a la atomización de las fuerzas políticas que a duras penas conviven en ambas cámaras, lo que dificultó y, la mayoría de las veces, impidió la concreción de acuerdos parlamentarios traducidos luego en leyes. En la Cámara de Diputados, si bien la oposición domina el cuerpo, su composición es tan variopinta que no siempre fue capaz de hacerle frente a un oficialismo compacto y obsesionado en obstaculizarle la agenda.

En el Senado, la paridad de fuerzas es tal que al kirchnerismo no le costó demasiado cooptarle un puñado de votos cruciales a la oposición y sepultar cada ofensiva que provenía de la Cámara baja.

Estas dificultades arrojan, al final de este año legislativo, un balance pobre en cuanto a producción de leyes. De hecho, la mitad de las 64 normas aprobadas este año han sido la ratificación de acuerdos y protocolos internacionales (una formalidad que no requiere siquiera debate) y sólo unas pocas tuvieron verdadera relevancia. Entre ellas, la que instauró la suba de las jubilaciones acorde al 82 por ciento móvil del salario mínimo (vetada por el Poder Ejecutivo); el matrimonio gay; la de protección de los glaciares, y la ley de seguridad bancaria destinada a evitar las llamadas "salideras".

En el camino quedaron demorados numerosos dictámenes listos para ser discutidos en el recinto, pero que, por las disputas políticas, quedaron pendientes para el año próximo. Lo sugestivo es que en el listado no sólo figuran proyectos conflictivos para el Poder Ejecutivo -lo que explicaría la mora-, sino también iniciativas acordadas y de indiscutible valor social. Por ejemplo, la nueva ley de trasplantes y el proyecto que castiga, con penas más rigurosas, el flagelo de la trata de personas.

Frente a este balance poco halagüeño -que se repetiría al menos el año próximo por la batalla electoral que se avecina-, los legisladores consultados por La Nacion tienen distintas miradas.

Como era previsible, oficialistas y opositores se achacaron mutuamente las responsabilidades y la gran mayoría de ellos admitió que, difícilmente, este escenario se modifique demasiado en el futuro próximo, ya que todo indicaría que no surgirá una fuerza hegemónica con la renovación parlamentaria.

Excusas y culpas

"El balance ha sido negativo este año -aseveró el jefe del bloque de diputados oficialistas, Agustín Rossi-. La oposición buscó imponer su agenda con su mayoría y de manera unilateral, sin intentar acordar nada. Su único objetivo fue trabar la gestión del Gobierno."

El jefe del radicalismo, el senador Ernesto Sanz, es categórico a la hora de hacer un balance legislativo de este año. "El balance es suma cero para todos", asestó, aunque destacó que, si bien la oposición no pudo convertir en ley todas las iniciativas que se propuso, "al menos logró frenar el avance autoritario del kirchnerismo en el Congreso, como se vio en los últimos siete años".

También crítico, el diputado Claudio Lozano (Proyecto Sur) sostuvo que el error de la oposición fue exhibirse como un "todo homogéneo" en el Congreso, alentando expectativas desmedidas en la sociedad, cuando, en realidad, el mosaico de bloques es por demás disímil. "La posibilidad de una agenda común era muy trabajosa y, para peor, lo que se aprobaba terminaba sepultado en el Senado", se lamenta.

El nuevo jefe de bloque de diputados radicales, Ricardo Gil Lavedra, asiente en esta línea de análisis al hacer un balance del año legislativo: "La oposición estaba tan dividida en diferentes fuerzas políticas, fruto de la voluntad popular, que era muy difícil aunar esfuerzos, agravado por los personalismos y los patéticos intentos de diferenciarse. Resultado: un desencanto por las altas expectativas y cierta frustración republicana".

Para la líder de GEN, Margarita Stolbizer, las responsabilidades son compartidas. "Desde un principio, el oficialismo no se reconoció como minoría y nunca tuvo vocación de diálogo -señaló-. De nuestra parte, como oposición construimos una fantasía de una unidad que no era tal. Aún así pudimos sesionar, aunque ahora se están sincerando nuestras diferencias."

En cambio, hubo algunas coincidencias entre dos de los referentes más destacados de la oposición, como son Patricia Bullrich (Coalición Cívica) y el jefe del bloque de Pro, Federico Pinedo, que no aparecieron tan críticos a la hora del hablar del análisis del año legislativo.

"Creo que el balance ha sido positivo porque se avanzaron en proyectos muy relevantes, como el 82 por ciento móvil, el acceso a la información pública y un nuevo régimen de publicidad oficial. De todas maneras, debemos sincerar que, como oposición, no somos un todo homogéneo y verticalista", sostuvo Bullrich, en diálogo con La Nacion.

"Observo que la actuación de la oposición, sobre todo en Diputados, fue extraordinaria porque se alcanzaron niveles de acuerdo impensados en temas clave, como la modificación del Consejo de la Magistratura o la modificación de la ley de superpoderes. Fue un gran año", elogió Pinedo, en el momento del balance.

ROSSI INSTÓ A SANTA FE A COPIAR A LA NACION

El diputado y jefe de la bancada kirchnerista Agustín Rossi aseguró ayer que "la provincia de Santa Fe se tiene que poner en sintonía con el proyecto de Nación que lleva adelante la presidenta, Cristina Fernández". Lo dijo en abierta crítica al gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, que está duramente enfrentado con la Casa Rosada. Rossi encabezó anoche el cierre del Encuentro de Jóvenes del Movimiento Santafecino por la Justicia Social y resaltó "el carácter colectivo de nuestra fuerza y de nuestras luchas". Allí se reivindicó la figura de Néstor Kirchner a un mes de su fallecimiento.

FRASES

"El balance ha sido negativo este año. La oposición buscó imponer su agenda con su mayoría y de manera unilateral". AGUSTIN ROSSI. Jefe del Bloque Kirchnerista.

"El balance es suma cero para todos. Al menos logramos frenar el avance autoritario del kirchnerismo en el Congreso". ERNESTO SANZ. Senador de la UCR.

"La posibilidad de una agenda común era muy trabajosa y, para peor, lo que se aprobaba terminaba sepultado en el Senado". CLAUDIO LOZANO. Diputado del Proyecto Sur.

"La actuación de la oposición fue extraordinaria porque se alcanzaron niveles de acuerdo impensados en temas clave ". FEDERICO PINEDO. Diputado del PRO.