El particular estilo del kirchnerismo
La presidente Cristina Fernández ha entregado toda una seña de identidad sobre su estilo de gobernar en el noveno aniversario de su llegada a la Casa Rosada.
La presidente Cristina Fernández ha entregado toda una seña de identidad sobre su estilo de gobernar en el noveno aniversario de su llegada a la Casa Rosada, el 25 de mayo de 2003, acompañando a Néstor Kirchner, su marido ya fallecido y antecesor en el poder.
Ocurrió frente a los periodistas del palacio de gobierno, que le reclamaron más transparencia y conferencias de prensa, pues sólo brindó una anual y con límite de preguntas. "Nos falta información oficial, no tenemos acceso a su agenda", se quejaron los hombres de prensa.
Ante esas reivindicaciones Fernández reaccionó sin perder la calma y sorprendió a los cronistas con la respuesta. "Para información oficial están mis discursos. Yo no voy a hablar contra mí misma", espetó.
Después recorrió la sala de prensa de la Casa Rosada comentando a un secretario que allí los periodistas escribían "correctamente" sobre su Gobierno, pero ironizó con que esos textos son cambiados de sentido al llegar a la redacción por los jefes. Entonces los cronistas le pidieron un televisor más para la sala de prensa, pues un solo aparato queda escaso frente a la diversidad de canales. Y ella sostuvo que con ese solo es suficiente. "Si todos los canales muestran lo mismo", protestó.
Además justificó el ocultamiento casi tipo Kremlin de su agenda de trabajo diario porque, sostuvo, "la cambiamos todo el tiempo. Si la informamos después ustedes dicen que (la modificación) es por una interna o cualquier cosa".
Nunca antes la Presidente había hablado tan francamente de sus formas al llevar la cosa pública.
Ocurrió frente a los periodistas del palacio de gobierno, que le reclamaron más transparencia y conferencias de prensa, pues sólo brindó una anual y con límite de preguntas. "Nos falta información oficial, no tenemos acceso a su agenda", se quejaron los hombres de prensa.
Ante esas reivindicaciones Fernández reaccionó sin perder la calma y sorprendió a los cronistas con la respuesta. "Para información oficial están mis discursos. Yo no voy a hablar contra mí misma", espetó.
Después recorrió la sala de prensa de la Casa Rosada comentando a un secretario que allí los periodistas escribían "correctamente" sobre su Gobierno, pero ironizó con que esos textos son cambiados de sentido al llegar a la redacción por los jefes. Entonces los cronistas le pidieron un televisor más para la sala de prensa, pues un solo aparato queda escaso frente a la diversidad de canales. Y ella sostuvo que con ese solo es suficiente. "Si todos los canales muestran lo mismo", protestó.
Además justificó el ocultamiento casi tipo Kremlin de su agenda de trabajo diario porque, sostuvo, "la cambiamos todo el tiempo. Si la informamos después ustedes dicen que (la modificación) es por una interna o cualquier cosa".
Nunca antes la Presidente había hablado tan francamente de sus formas al llevar la cosa pública.