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El panadero justiciero mintió

El panadero de Rafael Castillo, Gerardo Caivano, dio una versión policial y pública de los hechos, pero parece que no es lo que pasó. 

El sábado 3 de octubre, el sacrificado panadero se encontraba lavando su camioneta frente al local, donde fue abordado por una bandita de menores que según sus dichos, pretendía robarlo a él y a su hijo adolescente que se encontraba en el lugar. El hombre contó en sede policial que cuando se vio amenazado le arrebató el arma a uno de los asaltantes y le disparó en varias ocasiones. Pero hay un problema: la víctima, un joven bandolero de la zona que estaba armado con una réplica de un arma, se lo conocía como Curly, tenía 7 disparos en su cuerpo, pero de calibre 9 mm, el revólver encontrado detrás de la camioneta era un calibre 38.

Por lo que surge de la investigación -por el momento esta versión tiembla, con lo cual el comerciante- corre el riesgo de ser acusado de homicidio agravado. 

Por lo que habría que preguntarse: ¿disparó él u otra persona?, ¿estaba armado?, ¿descartó el arma? 

Hay algo que es concreto, el fiscal, luego de una inspección en el lugar del hecho, está convencido que el panadero miente. La autopsia no dice si el menor muere por un disparo causado en el medio del cruce de los delincuentes con el panadero, lo cierto es que el calibre es uno solo: 9 mm, cuatro impactos quedaron alojados en el cuerpo, tres lo traspasaron.

Esta semana en Isidro Casanova, tres jóvenes fueron detenidos, uno conocido como Teletubbie con un disparo en la pierna. Otro, Dylan, había quedado en el lugar del frustrado asalto y que fue casi linchado por los furiosos vecinos, algunos cuentan que se salvó de milagro por la llegada de la policía al lugar. 

A todo esto, el panadero dijo: “…estoy arrepentido de lo que hice, no soy un asesino”. Bueno, parece que por alguna razón mintió, pero en poco tiempo sabremos qué pasó. Por lo pronto lo que le contó a la policía y a los medios, no cierra para el Fiscal. Dice haber disparado y no recordar nada más. No recordará o no querrá recordar, yo le recomiendo ponerse en manos de un buen abogado porque no sería de extrañar que termine preso por mentir.

Ahora se abre la discusión, ¿mató porque no quería dejarse robar, o porque se vio en peligro? ¿Le sacó el arma a uno de los asaltantes, o estaba armado? Usted me preguntará qué sospecho: el hombre estaba armado y dispuesto a defenderse, con lo cual les ganó de mano a los jóvenes bandidos, el arma difícilmente aparezca. Lo cierto es que todavía la justicia no lo acusó, pero estas son algunas de las posibilidades: podría ser una legítima defensa, o se excedió al defenderse. Parece más cerca de esto último. 

A los periodistas en el lugar, el sacrificado panadero dijo: “A mis hijos no los quiero sacar ni a la vereda… Soy un laburante… No salí a matar… Salí a guardar la camioneta”.

Esto puede ser cierto o no, lo que no es verdad es como nos cuenta el tiroteo… en esto Caivano MINTIÓ.

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