El Padre Taraborelli puede rescatar a Alberto
LA PESTE Y LAS ELECCIONES (IV): Exorcismo para el gobierno orinado por los perros.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsisDigital.com
Acierta Alberto Fernández, El Poeta Impopular, al desplazarse con Martín Guzmán, El Chapito, hacia el Vaticano.
En Roma reside el Padre Vincenzo Taraborelli, exorcista canónico. Artesano para combatir al Demonio, que pasa -gracias al Covid- por un momento de gloria.
La máxima del portal ya es un lugar común:
Indica que “en Argentina todo termina invariablemente mal”.
Y el tercer gobierno de La Doctora -que preside Alberto- amaga con no convertirse en la excepción.
Se trata del gobierno orinado por los perros.
Una vez que Argentina paga algo ni siquiera le entregan la mercadería comprada.
Como las vacunas. Prioridad sanitaria y -en simultáneo- instrumento electoral.
Lo consigna la presente miniserie “La peste y las elecciones”.
Y aquí, más que buscar una solución, se encuentra un culpable. Por supuesto es Alberto. Se preocupó más por anunciarlo que por conseguirla.
La promesa brota como un complemento de la locuacidad que lo condena.
Se registra al archivo como el enemigo más brutal.
Cualquier locutor recurre al archivo para descalificar las posiciones del presidente.
Primer tramo que debe cortar el Padre Vincenzo. La conquista de la credibilidad perdida.
Diluida en la actualidad por una sistemática colección de circunstancias desfavorables que producen faltas de respeto.
Para facilitar el misterio espiritual del Padre Taraborelli, se consignan tres recientes circunstancias infortunadas que consolidan el debilitamiento.
1.- El entremés del subsecretario
Aquí cabe la autocrítica editorial. Mingo Cavallo tenía razón. El articulista acepta que se equivocó. Son mucho peores de lo que el cronista imaginaba.
Se introdujeron solos en la trampa del laberinto por un funcionario de tercer nivel. Pero no saben remover siquiera a un subsecretario.
Fue el deseo del ministro, El Chapito, expresado al presidente. Convertido en orden por mediación de El Premier.
Y en media hora en todos los medios se aludía al removido que contaba con protecciones para quedarse.
Como proclamaba un coplero de Castilla: “Nunca ponerse el palillo en la boca antes de comer el cabrito”.
El articulista tomó como un entremés de Quevedo lo que se transformó en una tragedia griega de Esquilo.
“No se echa un funcionario por la tele”, confirmó con discreción ejemplar un contratado de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.
Pero con interés que el entremés del subsecretario no fuera detallado en los medios, aunque ya era un título de primera plana.
Agotada como venía la contabilidad macabra de muertos y el colapso de la terapia intensiva, el subsecretario era un auxilio oxigenante.
En potencia y atracción resultaba más interesante que la separación del modelo. De “aquella fiel mujer que lo quiso de verdad y el ingrato abandonó” (tango “Patotero Sentimental”).
“Se va el subsecretario o me voy yo”, presionó fuerte El Chapito.
Al cierre del despacho trasciende que El Chapito y El Poeta Impopular parten a consolarse con Francisco en el Vaticano (sin tener cerrada aún la entrevista con el Padre Taraborelli).
“El subsecretario se queda. Se va a ir cuando La Doctora lo decida”.
2.- La cautelar Clarín-Telecom
“Esa Sala Contenciosa es de Clarín”, justifica el funcionario resentido.
Aludía a la cautelar que beneficia a la dupla fundida Clarín-Telecom.
La suspensión de los artículos fundamentales del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU 690). Transforma como “servicio esencial a internet, la telefonía celular y la TV paga”.
Fue el comienzo de la “Tercera Guerra Púnica con Clarín”.
La primera la ganó Clarín cuando Mauricio Macri, El Ángel Exterminador, volteó en 2016 la Ley de Medios.
El dramatismo y la tensión de años que le sirvieron a La Doctora para “humillar al Grupo Imperial”.
La epopeya le hizo desperdiciar las mejores energías del segundo mandato.
La segunda Guerra Púnica la ganó La Doctora, en 2019. Cuando, con su modelo de resistencia, desalojó del poder al Ángel.
La Tercera Guerra Púnica se lanza con el cruel bombardeo al corazón de la caja de Clarín.
Fue un polvo. La mojada de oreja del decreto 690 del 2020 derivó en la ofensiva que mantiene la guerra eterna.
Aunque las segundas líneas de los romanos y los cartagineses mantienen el civismo del diálogo cínicamente amable.
Pero las conversaciones no facilitan la mínima antesala de la Cumbre que resolvería en parte la terrible anomia del país orinado como el gobierno. Por los perros.
La Cumbre Doctora-Magnetto que nunca va a ocurrir.
Pese a que La Doctora se desgastó en esfuerzos para acercarse y reanudar las relaciones, así no tuvieran nunca la intensidad cordial del primer kirchnerismo.
De cuando El Furia recaudaba y con frecuencia compartía con Magnetto los churrasquitos hervidos, mientras el invitado aguardaba la luz verde para la primera megafusión.
El esfuerzo más osado de La Doctora para aproximarse a Magnetto consistió en inventar a Alberto como presidente.
Hoy Claudio Ambrosini, de la División de Sergio Massa, El Conductor, es el titular del ENACOM (Ente Nacional de Comunicaciones) y mecánicamente amaga con apelar.
Con acudir, junto a Lopecito, hasta la Suprema Corte. Acaso no sea lo más aconsejable.
3.- El fallo de los “papables”
Los Papables de la Corte le acaban de asestar, a Alberto, la tercera circunstancia infortunada al hilo.
Lo hace merecedor del exorcismo completo, con escapularios y fritas.
Justamente cuando el virus le proporcionaba la Segunda Oportunidad para recuperar la centralidad que se le había diluido.
Edita otro DNU que presenta en sociedad para el Demonio (que lo tenía tomado).
Colmado de restricciones que incluían la suspensión de las clases presenciales.
Es aquí donde Horacio Rodríguez Larreta, Geniol, se resignifica como un continuador de Domingo Faustino Sarmiento.
Resiste el DNU con el patriotismo local de la autonomía, en su condición de Jefe de Gobierno del Artificio Autónomo, el Maxikiosco.
De pronto Alberto lo catapulta a Horacio como el máximo opositor, para desesperación simultánea del Ángel Exterminador y de la Halcona, la señora Patricia Bullrich, La Yiya.
Para colmo ambos -La Yiya y el Ángel- no tuvieron otra alternativa que respaldar, sin gran convicción, a Geniol.
Los Papables debieron encargarse de resolver el entuerto armado por la política a la bartola.
El DNU violaba la legitimidad del Estado Autónomo, característica del Artificio confeccionado en 1994, en Santa Fe.
En aquella convención constituyente que permitió el lucimiento de Eduardo Menem, Carlos Corach, Raúl Alfonsín, Omar Vaquir, El Choclo Alasino, Aldo Rico, la señora Carrió y La Doctora.
Aparte de darle forma al Consejo de la Magistratura, y conceder la propina del Tercer Senador para entretener a los radicales.
Lo principal era legitimar la Autonomía de la ciudad de Buenos Aires. De ningún modo se reducía al caramelo de madera de permitir, a los porteños, votar por su propio Jefe de Gobierno.
Dos jefes del Maxikiosco, llamativamente, terminaron presidentes. Fernando De la Rúa, El Traicionable, cabeza del Segundo Gobierno Radical. Y el Ángel, del Tercer Gobierno Radical.
Y dos Papables, de los cuatro que fallaron, fueron convencionales de Santa Fe. Juan Carlos Maqueda, El Pato, y Horacio Rosatti, El Briga.
La autonomía del Artificio, el Maxikiosco, estaba garantizada.
¡Padre del aula, Geniol inmortal! ¡Gloria y loor!
Todo mal. Pero el portal no es devastador.
Se insiste, en representación del Bien, en recomendar la visita al Padre Vincenzo Taraborelli (de los exorcistas consultados para la indagación, Taraborelli es el discípulo calificado de Gabrielle Amorth, el extinto exorcista más capacitado para rescatar, del infierno, a los captados, y liberarlos del Mal).
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