El padre del nene que quedó colgando en un balcón en Francia lo dejó solo porque estaba jugando al Pokemon Go
Un fiscal le abrió una causa al padre del pequeño que fue rescatado por el inmigrante de Mali por eludir sus obligaciones. Podría ser condenado a dos años de prisión.
Si bien la proeza de Mamoudou Gassama, el joven indocumentado malí de 22 años, fue celebrada y reconocida hasta por el presidente francés, Emmanuel Macron, quien le concedió la nacionalidad francesa, la actuación del padre del chico mereció fuertes críticas.
El fiscal que lleva la investigación, François Molins, explicó en la televisión francesa que el hombre dejó solo a su hijo para hacer una compra, pero "tardó en regresar simplemente porque al salir de la tienda se puso a jugar "Pokemon Go".
El padre, de 37 años y sin antecedentes penales, fue detenido provisionalmente y se le abrió una investigación por eludir sus obligaciones parentales. Comparecerá ante el juez el 25 de septiembre, y podría ser condenado a una pena de dos años de prisión y 34,800 dólares (30,000 euros) de multa, según la prensa local.
"Su comportamiento constituye un delito que es la omisión de las obligaciones paternas", dijo el fiscal Molins. "(El padre) se desplomó, se dio cuenta de lo que hizo y las consecuencias dramáticas que podría haber tenido", agregó.
En tanto, la madre del nene de 4 años, que fue enviado a un centro de acogida de menores, vive con parte de la familia en la isla de Reunión, territorio de ultramar francés en el océano Índico, al este de Madagascar.
"Me temblaban las piernas"
Mamoudou Gassama se convirtió en héroe y las reacciones de apoyo y celebración abarcan todo el arco político. Incluso el vicepresidente del ultraderechista Frente Nacional, Nicolas Bay, dijo estar de acuerdo con regularizar al joven por su "acto de valentía", aunque pidió al mismo tiempo expulsar "al conjunto de los clandestinos" en Francia.
"No pensé en nada, pensé en salvarlo y gracias a Dios lo salvé", contó el joven que llegó a Francia en septiembre de 2017 para reunirse con su hermano mayor que vive desde hace décadas en el país, después de viajar desde Mali y pasar por Burkina Faso, Niger y Libia, y cruzar el Mediterráneo hasta llegar a Italia.
"Corrí. Crucé la calle para salvarlo", contó Gassama a Macron. Dijo que no lo pensó dos veces. "Cuando comencé a escalar, me di valor para seguir subiendo".
Apabullado por la repentina publicidad de su hazaña, este lunes contó en declaraciones radiales que, sólo se dio cuenta de la dimensión de lo que había hecho después de que los bomberos tomaron control de la situación: "Cuando entré en el apartamento, mis piernas empezaron a temblar".
Dios también "me ayudó", agregó.