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El padre de dos de las víctimas de la tragedia de la avioneta en Tucumán también murió en un accidente aéreo

Se llamaba Aldo Calliera, tenía 40 años y en 1977, tras despegar de la misma provincia, perdieron el contacto con él.

La tragedia aérea que causó la muerte a cuatro personas al caer un avión en una zona montañosa y de difícil acceso al norte de la capital tucumana enlaza a dos de las víctimas con la historia de su propio padre, que también murió hace 40 años en otro accidente de aviación en 1977 y los restos de la aeronave en la que viajaba aparecieron después de dos días.

El subdirector de Emergencias de la provincia Juan Palavecino señaló que "los primeros informes indican que tras el impacto la nave se incendió y cuando llegaron los rescatistas los ocupantes ya habían fallecido".

El avión, un Beechcraft Barón-58 perteneciente al Aero Club Tucumán, había partido del aeródromo de Yerba Buena rumbo a Gobernador Garmendia, separados por una distancia de 90 kilómetros. Era pilotado por Miguel Urtubey Formini y como pasajeros iban los empresarios Alvaro y José Calliera y el productor agropecuario Javier Zagaglia.

Pero la tragedia aérea de los hermanos Calliera cierra un círculo que se inició en el año 1977 cuando su propio padre, el empresario Aldo Calliera, muriera en otro accidente de aviación cuando se traslada desde Tucumán hasta La Rioja.

El avión había partido desde el aeropuerto Benjamín Matienzo, ubicado en el parque 9 de Julio a pocas cuadras de la plaza Independencia. La nave, un Aerocommander bimotor de matrícula LV-HLE, fue encontrada dos días más tarde gracias a las indicaciones de un baqueno que había escuchado la nave.

Junto a Calliera, cuya familia era propietaria de una embotelladora de aguas gaseosas famosa por aquellos años, iba otro miembro de la firma, Pedro Castro. La zona del impacto era montañosa y de difícil acceso se ubicaba sobre el final de una quebrada de unos 1.500 metros de altura en las sierras de Guayamba, al sur de San Fernando de Catamarca. El empresario tenía 40 años cuando murió. El rescate de los cuerpos se realizó a lomo de mula debido a la difícil de la topografía.

La nave pertenecía a la empresa de jugos cítricos "Citex" tenía seis plazas y venía de Misiones. Aterrizó en Tucumán para que suban los dos pasajeros tucumanos para luego seguir hacia La Rioja.

Dentro de la nave iban cuatro personas, tres varones y una mujer, que murieron en el accidente. La firma propietaria del avión estaba relacionada con la embotelladora de los Calliera.

El piloto Urtubey Formini tenía 30 años y era oriundo de Santiago del Estero. Contaba con gran experiencia en vuelo y era hijo de uno de los pilotos que conducen las aeronaves pertenecientes al gobierno de la provincia.