El otro Superclásico: el control de la barra
A pocos meses del Mundial de Brasil, hay otro partido en juego en este Boca-River y se juega en las tribunas.
El Superclásico del fútbol argentino despierta pasiones en todo el país pero también levanta negocios impresionantes. En este Boca-River no solo se juegan la vida Carlos Bianchi, Juan Román Riquelme y Daniel Angelici, sino que los barras también tendrán un partido clave.
Lo que está en juego para los muchachos es el control del puesto de privilegio en La Bombonera. Pero obviamente no es solo por la posición en la tribuna, sino por todos los negocios que conlleva ser parte de la barra brava. Este año, además, es muy especial porque están en juego los pasajes para el Mundial de Brasil.
La facción de Rafael Di Zeo volvió y quiere retomar La 12 con el objetivo de garantizarse el viaje a la Copa del Mundo, como pasó en Sudáfrica con Hinchadas Unidas Argentinas, pagadas por el gobierno. El sector del Rafa debería hacerse con el control de la barra antes del partido con River para tener su boleto a Brasil.
El Superclásico trae consigo la mayor cantidad de ingresos para este grupo de "hinchas", que ganan mucho dinero con la reventa. Por ejemplo, algunas entradas estaban a $ 5.000 pesos en un sitio de compras por internet. También cobran por el estacionamiento en las zonas cercanas al estadio, con los conocidos trapitos, que llegan a cobrar $ 40 y por los puestitos de comida rápida o gaseosas, que son más caros que en cualquier lugar de la ciudad.
En medio de un negocio redondo, los barras quieren clasificarse para su "Copa Libertadores" y poder viajar al Mundial por el solo hecho de pertenecer a este selecto grupo de "hinchas".