El oficialismo dividido por el control de las protestas
Mientras el Ministerio de Seguridad propone mediadas más duras, Vidal y Larreta apuestan al diálogo.
El siempre esquivo control de la calle sigue generando grietas en el oficialismo. Mientras el Ministerio de Seguridad, encabezado por Patricia Bullrich, sostiene la vigencia del protocolo antipiquetes y propone aplicar sanciones inmediatas a quienes corten calles y accesos, otros sectores del gabinete y las administraciones de María Eugenia Vidal y Horacio Larreta, se inclinan por soluciones de "consenso" que eviten la confrontación.
La tensión que generó la toma de la autopista Buenos Aires - La Plata el mes pasado y otras manifestaciones violentas, generaron un debate que aún no se trasladó del todo en el seno del Gobierno.
Desde la Casa Rosada apoyaron el accionar de Bullrich y la Gendarmería. "Los grupos que estuvieron en la autopista violaron todas las reglas: no avisaron que iban a cortar, no dejaron un carril libre, tuvieron problemas con los autos que circulaban", afirmaron desde la jefatura de gabinete, con respecto al conflicto en la autopista.
En territorio bonaerense, la política de Stanley (apoyada por la gobernadora Vidal), desde el Ministerio de Desarrollo, reconocieron que el diálogo, no alcanzó en esa oportunidad. "Queremos diálogo, sí, pero tenemos un límite, no puede ser que vengan a tomar mate al ministerio y al otro día corten una calle o se instalen en algún lugar sin siquiera avisar", afirmaron cerca de Stanley.
La situación planteada en la Provincia de Buenos Aires se da, con asiduidad, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí también se plantearon las distintas posturas entre la Casa Rosada y la gestión de Rodríguez Larreta. "La diferencia entre ellos y nosotros es que a la provincia esto le ocurre de vez en cuando, a nosotros nos pasa casi todos los días", afirmaron cerca del jefe de gobierno.
"El debate va a seguir, porque los piquetes, manifestaciones y acampes también van a seguir", afirmaron en Balcarce 50.