El número ideal de partidos políticos
Un sistema de partidos muy fragmentado es tan malo para el funcionamiento de la democracia como uno en el que existe un partido hegemónico o dominante y otras expresiones políticas o corrientes de opinión no encuentran sus ámbitos de representación partidaria.
En la Argentina llegaron a coexistir las dos distorsiones: en las últimas elecciones compitieron más de 700 partidos inscriptos, aumento la pluralidad -y fragmentación- de la representación parlamentaria pero, al mismo tiempo, el funcionamiento del sistema de partidos sigue sometido a lógicas de concentración de poder y comportamientos hegemónicos por parte del partido gobernante.
La ley de Reforma Política aprobada el año pasado estableció mayores exigencias para mantener las personerías de los partidos, lo que en la práctica debería tender a reducir el número de fuerzas en condiciones de competir electoralmente. La Justicia Electoral puede así depurar el registro de partidos políticos que en muchos casos se reducen a sellos inscriptos para concurrir a los comicios.
Otras pequeñas agrupaciones pueden también perder su personería por no contar con el 4 por mil de afiliados de cada distrito para poder presentar candidatos a diputados y senadores, o por no alcanzar en dos elecciones consecutivas el 2% del padrón. Asimismo, para poder presentar candidaturas presidenciales el año próximo, los partidos necesitan tener reconocimiento en al menos cinco provincias, lo que favorecerá a las fuerzas con mayor tradición, representación territorial y presencia en los distritos y debería incentivar las coaliciones.
Un sistema de partidos muy fragmentado es tan malo para el funcionamiento de la democracia como uno en el que existe un partido hegemónico o dominante.