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El modelo K necesita recaudar

*Por El Observador. Acorralado ante la creciente fuga de capitales, el gobierno argentino aspira a aumentar su poder de recaudación y una forma eficiente para lograrlo es comenzar a cobrar los impuestos de sus habitantes que tienen inversiones fuera de fronteras.

Es así que una de las primeras miradas está puesta sobre Uruguay, un país cercano y considerado como un sitio seguro por los empresarios de allá. El reclamo lleva sus años, pero ahora Argentina logró un fuerte  espaldarazo ya que obtuvo nada menos que el apoyo político del G-20. Con eso suma una enorme presión para que Uruguay ceda y deba otorgar información fiscal a su vecino.

El kirchnerismo, liderado por Cristina Fernández, obtuvo un enorme respaldo popular en las últimas elecciones y ahora se apresta a intentar profundizar su modelo.

Para lograrlo, sabe que necesita hacerse de fondos frescos y todo sirve. La fuga de capitales es un dolor de cabeza para la presidenta y no es para menos: las proyecciones para este año indican que la huida de los fondos de argentinos hacia otros destinos ascenderá a unos US$ 25.000 millones, de acuerdo a datos oficiales proyectados por M&S consultores.

La base central de la preocupación es frenar como sea la fuga de capitales y recaudar gravando a quienes sacan dinero del país, no solo hacia los bancos sino también en  inversiones inmobiliarias, agropecuarias y otros instrumentos financieros. El gobierno argentino sabe que desde hace diez años a esta parte, el flujo de inversiones hacia Uruguay ha sido constante y creciente, pero no tiene forma de medirlo ante la falta de un acuerdo de intercambio de información fiscal.