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El mito de la sensación térmica

En los últimos años se ha hecho muy popular la expresión "sensación térmica". ¿Representa algo real o es mera sugestión?

Cualquier televidente o radioescucha oye a menudo hablar de la temperatura por un lado, y por el otro de la sensación térmica. La primera es una medida objetiva. La segunda, en cambio es un concepto totalmente subjetivo. Sin embargo, casi siempre se habla de la "térmica", que ya se ha transformado en un clásico de los medios de comunicación.

Todos estamos acostumbrados a ver la temperatura, que no es otra cosa que la medida del calor que tiene un cuerpo. Para determinarla, se utilizan los termómetros, que brindan una medida objetiva de la temperatura. Dice el físico Celso M. Aldao (Profesor Titular de la Universidad de Mar del Plata e Investigador del CONICET) que la expresión más usada es la "expansión térmica". Al mismo tiempo afirma que nuestras sensaciones subjetivas son poco exactas y "difícilmente repetibles". Afirma Aldao que es improbable que se pueda cuantificar la sensación térmica. Y afirma: "Todos hemos experimentado que la sensación de calor o frío no sólo depende de la temperatura sino de otros factores. Si la temperatura es baja y además sopla viento, la sensación de frío es mayor; si la temperatura es alta, un ambiente húmedo aumenta la sensación de bochorno".

El problema aparece cuando se hace referencia a la sensación térmica (ST) en forma cuantitativa. En realidad no hay un número subjetivo sobre la sensación térmica simplemente porque distintas personas, de acuerdo a su contextura física, experimentan distintas sensaciones respecto de la temperatura. Aquí mostramos un típico cuadro de cálculo de la sensación térmica.

borrada

¿Cómo se originó la sensación térmica?

Dice Aldao que los orígenes de la ST se remontan a la Segunda Guerra Mundial. Los militares de los Estados Unidos estaban preocupados por el efecto que el frío tendría sobre sus soldados. La influencia del viento sobre partes del cuerpo expuestas a bajas temperaturas podría traer efectos adversos sobre el rendimiento de un soldado. Pasaron algunos años y los meteorólogos comenzaron a usar este concepto en los años 70 del siglo pasado.

¿Cómo se hizo para medir la ST? Bueno se usó un cilindro con agua a 33 grados centígrados, expuesto al viento. Entonces "se determinó el calor perdido por el cilindro en función de la temperatura ambiente y la velocidad del viento". Así se obtuvo una tabla mediante la cual se podía saber la ST. Eso es lo que veíamos cuando estábamos frente a la tele mirando las noticias: un valor para la temperatura y otro para la sensación térmica. Aldao explica que "en un día frío nuestro cuerpo pierde más calor, no solo cuanto más baja es la temperatura ambiente sino también cuanto mayor es el viento. El viento sobre nuestra piel favorece la transferencia de calor y también la evaporación del sudor. Como consecuencia las pérdidas de calor son mayores en función de la velocidad del aire, lo que resulta en una mayor sensación de frío".

Pasaron algunos años y en 2004, el Servicio Meteorológico Nacional, consideró un nuevo índice de sensación térmica "más realista y aplicable a distintas regiones climáticas". Hubo algunas modificaciones, a saber:

·La velocidad del viento se tomaba a 10 metros de altura, pero con la modificación, la altura debe ser la de la cara de un ser humano. Obviamente se usa una altura promedio.

·En lugar de un cilindro, ahora se tiene en cuenta la forma del rostro humano.

·Se introducen detalles relacionados con la transferencia de calor entre la piel humana y el ambiente.

·No se considera a las personas como objetos estáticos, sino en movimiento, a unos 5 kilómetros por hora.

·No se tiene en cuenta ninguna radiación solar.

De esta manera ahora sabemos que la cuantificación (darle un número) de la sensación térmica no es nada fácil. Pero Aldao manifiesta que de acuerdo a lo establecido se puede señalar lo siguiente:

1.La sensación térmica depende de nuestra altura.

2.La sensación térmica depende de la forma de nuestro rostro.

3.La transferencia de calor entre la piel y el ambiente depende de numerosos detalles (por ejemplo, las cosas cambian si usted es pelado o si tiene barba).

4.La sensación térmica depende de la velocidad con la que usted camina (hay diferencia si usted corre o se queda quieto).

5.La transferencia de calor de la piel humana depende del individuo.

6.Como seguramente usted ha experimentado, en días fríos conviene transitar por la vereda del sol.

Pocos saben que la ST se determina para la piel desnuda, pero la gente va por la calle vestida y lo único que deja expuesto al aire, en ocasiones de mucho frío, es solamente el rostro. La ST cambia si caminamos a favor o en contra del viento. Aldao agrega con cierto sentido del humor que si uno es narigón, "caminar de perfil al viento puede resultar especialmente no recomendable". Otra serie de factores influyen sobre la ST: la actividad que estamos realizando, nuestro estado de salud y la edad.

No hay que olvidar que después de todo, la ST es una sensación. Y la subjetividad no se puede llevar a un número. La ST está cuantificada a base del promedio, pero una persona delgada, alta, con poca grasa en el cuerpo no va a experimentar la misma sensación que otra regordeta, de baja estatura y con mucha grasa. He aquí un breve experimento para desenmascarar el mito de la ST:

Tome dos recipientes, uno con agua caliente y otro con agua fría. Introduzca una mano en cada uno de ellos. Luego de unos minutos, ponga las dos manos en otro recipiente que contenga agua tibia. Va a experimentar algo muy extraño: en una mano sentirá frío y en otra calor. Por eso le llamamos "sensación", porque uno siente de acuerdo a las condiciones ambientales pero también a través de las cualidades subjetivas.

Más ingredientes para una ensalada complicada

Y como si esto fuera poco, nos olvidamos de la humedad, la radiación solar y el medio ambiente, que también influyen sobre la ST. Por eso, lo que importa es la temperatura y la experimentación directa. Basta salir un ratito a la puerta y decidir si lo que nos pusimos está bien, y no prestar atención a la cifra que sale en la pantalla del televisor. Finaliza Aldao con unos conceptos interesantes:

"En resumen, el valor que se calcula para la sensación térmica es arbitrario y subjetivo. En un día frío, una diferencia significativa entre la temperatura y la sensación térmica indica que en ese día hay un fuerte viento, información que se nos podría dar directamente. Finalmente, expresar la sensación térmica en unidades propias de la temperatura representa un error conceptual. La escala Celsius, por ejemplo, es una escala de temperaturas, no de sensaciones. Esto especialmente lleva a interpretaciones incorrectas sobre qué expresa la sensación térmica. No falta quien cree que la "temperatura verdadera" es la de la sensación térmica. Vemos así que el valor de la sensación térmica no sólo es arbitrario sino que también es confuso".