El misterioso vínculo entre Pablo Escobar y Leonardo Favio y la increíble revelación de la viuda del narco
María Isabel Santos aseguró que el músico y cineasta "se iba de farra" con su marido en Colombia.
Amor, rapto, desengaños, furia, infidelidades, cocaína, poder, asesinatos, atentados, muerte, fama y locura. El libro Mi vida y mi cárcel con Pablo Escobar, escrito por María Isabel Santos (antes Victoria Henao Escobar), la viuda del famoso narcotraficante colombiano, oculta entre sus páginas llenas de acción, lujo y tragedia un dato que pasó inadvertido. La mención de un argentino que según ella pasó por la extravagante y fastuosa Hacienda Nápoles de Escobar.
No es Diego Maradona ni Sandro.
Exiliada en Buenos Aires desde el 24 de diciembre de 1994, Santos -de 57 años- escribió en pocas líneas:
"También estuvo en Nápoles el famoso cantautor argentino Leonardo Favio, quien compartió con Pablo largas noches de farra. Sufrí mucho con su llegada porque mi marido desaparecía días enteros y cuando se iban de la hacienda andaban de sitio en sitio en un lujoso Porsche".
-¿Por qué lo nombró a Favio?
-Lo nombré a él porque muchas personas pasaron por la Hacienda. Otro conocido cantante vino a animar fiestas. Pero no lo nombraré porque vive.
Eso le dijo la viuda de Escobar a Infobae en la única entrevista exclusiva que concedió.
Del entorno del capo del Cartel de Medellín dicen que Pablo estaba más fascinado con las canciones del artista argentino que con su cine. No había visto Crónica de un niño solo, por ejemplo, pero cantaba con pasión Ella ya me olvidó o Fuiste mía un verano.
"Es más, tiempo después nos encontramos con un colaborador de Favio que nos dijo que para financiar una de sus películas había vendido un Rolex costosísimo que mi marido le había regalado", dijo la viuda.
Pero ni Escobar ni Favio están vivos como para dar su versión.
La otra versión
Nicolás, el hijo de Leonardo Favio, asegura que no puede decir si la versión de la viuda del famoso narco es falsa. Nicolás, que también es músico, se basa en el testimonio de su padre y en el libro Pasen y vean, la biografía que Adriana Schettini publicó sobre la vida del artista.
Así relata el encuentro entre su padre y Escobar:
"Una tarde, en una gira por Medellín, mi padre descansaba en la habitación del hotel. Un muchacho se las ingenió para subir y llegar a su habitación. Llamó a la puerta y mi padre atendió.
-Hay papito, mire, vea, disculpe el atrevimiento pero aquí los paisas lo queremos mucho. Tengo un amigo al que le gustaría que usted le autografiara sus discos. Él le estaría eternamente agradecido.
-Encantado -dijo mi padre.
-Usted puede pedirnos lo que quiera, papito, que se lo conseguimos.
-Vengan mañana y le firmo los discos a tu amigo.
Al otro día, el muchacho reapareció en el hotel pero le dijo a mi padre que su amigo no podía bajar del auto.
-Pero maestro, si bajamos estamos dispuestos a todo lo que usted nos pida.
Mi padre bajó más por cortesía que por curiosidad. En el auto vio a un hombre gordito que lo esperaba sonriente y con la colección de discos de mi padre.
-Un honor, don Leonardo Favio -le dijo al hombre robusto mientras le daba la mano.
El muchacho le dijo por lo bajo a mi padre:
-Pida lo que quiera, ir al mejor restorante, pasar una semana en la finca de mi amigo con muchachas y el mejor champán. Usted pida que será tratado como un Rey.
Mi padre le respondió:
-Si quieren vamos a tomar un café a un barcito. Debo volver rápido a la prueba de sonido.
El hombre robusto, que llevaba bigote, le preguntó por Carolita, por Nicolás, por María Salomé, por Perón. Quería saber todo sobre su ídolo.
Le firmó los discos y se dieron un abrazo entre hermanos.
Al poco tiempo, mi padre vio a ese hombre en televisión. Había entrado en política.
-Ese hombre es fanático mío -le contó mi padre a unos amigos.
-¿Sabés quién es? -le aclaró uno de ellos-. El Patrón. El jefe de jefes. Pablo Escobar Gaviria.
Mi padre quedó sorprendido. Años después siguió como un espectador la vida del narco más famoso de la historia. Pero nunca más volvió a verlo".
El vínculo de Favio con Colombia había comenzado por un accidente. En una de las giras por el país, Favio se resbaló en la bañera de un hotel y se fracturó el fémur. Lo tuvieron que internar en Pereira. Un gran amigo suyo, Jaime Varela, le dio todo lo que necesitaba y se puso a su disposición.
"Mi padre debía recuperarse durante seis meses. Pereira se revolucionó por su presencia. De pronto me llené de amiguitos y Colombia nos adoptó con todo ese cariño de la gente. A mi papá lo amaban: allá era y es Gardel".
(Fuente: Infobae)