DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

El mensaje de los espejos

* Por Osvaldo Pepe. La Presidente parece decidida a romper lazos con un sector de la sociedad. Ni siquiera parece interesarle que amplias porciones de la clase media, que la votaron en tiempos menos turbulentos, le produzcan merma en su generoso caudal electoral, alejadas por la virulencia de su palabra.

Sus discursos son ya sermones. No parece la suya la voz de una demócrata, como siempre la conoció la sociedad, sino la de una autócrata a la que sus funcionarios deben primero temerle, luego obedecerle y si no lo hacen, atenerse a las consecuencias.

La Presidenta introdujo, y acaso no casualmente, la ancestral idea religiosa del "temor a Dios" y trasladó la mirada laica de la cuestión a su propia persona. No le sienta bien a una presidenta constitucional de un sistema democrático usar la amenaza apenas disimulada , como quien blande una espada justiciera rodeada de "infieles": gobernadores, funcionarios, empresarios, medios. Alguna vez Kirchner había dicho de los dirigentes del campo en la pelea por la 125: "Los quiero ver de rodillas" . En los largos matrimonios, más en aquellos que con los años devienen en una sociedad política y de millonarios bienes conyugales, ha de resultar difícil evitar alguna forma de mímesis.

Por alguna razón, la figura que eligió Cristina se acerca más al carácter del dios severo del Antiguo Testamento, (Yahvé), antes que la novedad filosófica que el Nuevo Testamento introduce de la mano de Jesús, con la noción de caridad cristiana, más próxima a la tolerancia y la comprensión.

Iring Fetscher, cientista político alemán, escribió en la década del 90 un ensayo sobre la tolerancia, "una pequeña virtud imprescindible para la democracia" . Dice allí que en las sociedades es importante, "sobre todo para el trato entre competidores y partidos políticos".

 Y transcribe una definición: "Tolerancia política es en una democracia la expresión de la responsabilidad en lo referente a la autonomía política del ciudadano, con respecto a la mayoría y las minorías." La religión, la ética y la historia suelen ser buenos espejos que ayudan a los gobernantes a aprender de éxitos y errores ajenos. Sólo hay que saber mirarse. Carlos Fisas, un periodista y divulgador catalán, cuenta en su libro "Frases que han hecho historia" el caso del emperador romano Aulo Vitelio, llamado el Germánico. Dice que había sido un guerrero valeroso, pero cuando fue proclamado emperador en el campo de batalla de las Galias, dijo aquello de "el cadáver de un enemigo siempre huele bien, especialmente si es el cadáver de un compatriota".

 Por sus abusos de poder, finalmente se le sublevaron los pretorianos y otras guardias del ejército. Derrotado, Vitelio quiso renunciar para salvar su vida, pero la plebe romana, incitada por los mandos militares, impidió su huida y fue estrangulado por manos anónimas. El discurso de sembrar miedo, finalmente, le sirvió de poco.