El lado oscuro del amor
*Por Ricardo Roa. La violencia siempre deja marcas y produce en quienes la sufren reacciones a veces indescifrables. Y hasta paradójicas: es el caso de Carla F., una chica de apenas 20 años que fue violada por su ex pareja y ahora decidió casarse con él para sacarlo de la cárcel.
Marcelo T. tiene 23 años y estuvo ocho meses preso después de que ella denunciara que la había sometido sexualmente amenazándola con un cuchillo. Ocurrió en General Pico, La Pampa, donde viven.
La historia había comenzado hace unos cuatro años, cuando Marcelo tenía 18 y Carla 15. Se fueron a vivir juntos y hace dos tuvieron un hijo. Habían roto la relación de común acuerdo pero en abril pasado él la pasó a buscar por el trabajo, según dijo para charlar y recomponer el vínculo y terminó abusando de ella en un descampado.
Ella lo denunció y la Justicia lo metió preso. La víctima jamás puede verse con su victimario. Pero a partir de la detención, Carla lo visitó a diario, gracias a una excepción. Marcelo solicitó entonces el avenimiento: un polémico recurso previsto en el Código Penal que deja sin efecto la pena a cambio de un desagravio. En este caso, la oferta de matrimonio.
En un primer fallo, los jueces rechazaron el pedido: no creyeron que Carla fuera a casarse. Pero luego otro Tribunal, en una decisión dividida, volvió sobre esos pasos porque tuvo la certeza de que habrá matrimonio. Marcelo quedó en libertad y ambos ya pidieron fecha para una boda por la Iglesia.
¿Es posible curar la herida de una violación cometida bajo la amenaza de un cuchillo, casándose? Es cierto que hay un hijo en el medio. Pero sólo en la cabeza de Carla está la explicación: por ahora las razones de ella son inescrutables.
En algún sentido, el violador consiguió su propósito. Quería tenerla de nuevo y lo logró después de abusar de ella. Todo deriva en un mensaje oscuro hacia una sociedad demasiado acostumbrada a la violencia: los violentos resultan victoriosos. Es difícil encontrar ahí una verdadera historia de amor.