El insólito pacto de Moreno y el mago
Por Carlos Pagni* Inquieto por la salida de dólares, Guillermo Moreno incorpora trabas y más trabas a las importaciones. Pero no todas sus víctimas lo padecen por igual. En la industria láctea ponen como ejemplo lo que allí se conoce como "el caso del quesero".
Según esa precisa versión, muy precisa, Moreno recibió a un importador de quesos visiblemente desesperado por su negocio. "A mi mujer le encantan esos quesos que vos vendés. Le voy a decir que compre todos, porque no vas a traerlos más", advirtió el secretario. Al percibir la angustia del interlocutor, se envalentonó: "Vas a tener que cambiar de actividad. ¿Sabés hacer alguna otra cosa?". El quesero balbuceó: "Soy mago".
Moreno se exaltó: "¿Mago? ¿En serio? ¿Y sabés buenos trucos?". Por un rato hablaron de barajas y palomas. Después el secretario propuso: "¿Vendrías a casa a animar una reunión?". En la secretaría aseguran que las tertulias de Moreno se han vuelto mucho más entretenidas. Y los quesos que deleitan a la esposa siguen disponibles. El problema, solucionado. Por arte de magia..