El increíble y deplorable estado del mítico estadio Maracaná
Ni las autoridades del Estado ni las empresas privadas quieren hacerse cargo del predio emblema de los últimos Juegos Olímpicos.
Sucio, sin electricidad y con el césped arruinado. Ni el Gobierno ni las autoridades privadas quieren hacerse cargo del deplorable estado del Estadio Maracaná, sede de grandes hazañas futbolísticas y recientemente utilizada para los últimos Juegos Olímpicos.
Sin propietario desde el final del gran evento deportivo, el estadio más grande de Brasil se encuentra deteriorado. La responsabilidad se la debaten entre el Estado, la empresa que ha ganado la concesión del predio y el presidente del Comité que organizó Río 2016.
Las tres partes consideran que no tienen ningún compromiso de mantener el estadio, arruinado y sin condiciones de ser usado. El gobierno y la empresa apuntan que los Juegos Olímpicos no dejaron en buenas condiciones el lugar.
Puertas adentro, pueden verse perros callejeros que invaden un campo dañado, salas privadas saqueadas, sillas y mesas almacenadas en depósitos.
Por fuera, testigos denuncian robos durante la noche y letreros destruidos. El pasto crecido completa la triste escena.