El huevo de la serpiente - ¿Hay escuelas nazis en Argentina?
Los jovencitos que irrumpieron en la Catedral bajo la fachada de ultra católicos estaban bien instruidos sobre cómo tenían que obrar.
Una historia que ocurrió a mediados de los años 80, en pleno reinició de la democracia. Había surgido un grupo neo nazi que todavía sigue existiendo, llamado "Alerta Nacional", según dicen miembros de las fuerzas de seguridad tanto ellos como después "Quebracho" fueron creados por un organismo de inteligencia. Uno de ultraderecha, el otro de ultraizquierda para compensar.
Enrique Nosiglia era el "monje negro" de Alfonsín pero frente a ciertos peligros sociales tomaba medidas de fondo, nunca se quedaba de brazos cruzados. Después fue engañado mal por la organización "Todos por la Patria"-1989- que hizo la barbarie en el cuartel de La Tablada, pero esa es otra historia. El "Coti" Nosiglia nunca fue cómplice de esa locura guerrillera.
Volvemos a cuando le ordenó a la Policía Federal investigar quién era el jefe de "Alerta Nacional, Alejandro Biondini.
La división entonces llamada Delitos Federal utilizó una estrategia muy común en las policías de todo el mundo. Pusieron en un calabozo a un agente de la fuerza ("pluma", se le llama en la jerga, hombre experto en inteligencia) haciéndolo pasar por preso, y después detuvieron por averiguación de antecedentes a Biondini y lo alojaron en la misma celda. Los presos hablan entre ellos, bajan sus defensas cuando están encerrados y se confiesan mutuamente.
Uno fingía ser un delincuente, y el otro no escondía su ideología antisemita. A las 24 horas el "pluma" salió de la celda casi desencajado. Contó a sus jefes que Biondini había despertado a la noche vociferando que Hitler se le apareció en sueños dándole indicaciones de cómo seguir su militancia.
El informe final fue que el hombre era un demente, solo un alienado puede tener ese tipo de reacciones. Ni siquiera un ideólogo, solo un loco total.
Alejandro Biondini formó otra agrupación siempre con sus mismas características y hoy sigue dando vueltas sin saber nadie de qué trabaja ni cómo mantiene a su pequeño séquito de neo nazis. Hay sospechas que alguien banca esa parada, pero no hay juzgado que indague sobre estos profetas del odio. Esta es la mejor descripción de estos extraños personajes que se mueven aún cuando la ley de defensa de la democracia está vigente.
¿Cuál es la figura de "el huevo de la serpiente"? Un film de Ingmar Bergman (1977) ambientada en Berlín de 1923, prólogo a la crisis que dio origen al encumbramiento nazi en Alemania. El título responde a la siguiente descripción: "Cuando el huevo de la serpiente está en su etapa de gestación su cáscara es transparente. No es difícil intuir lo que hay en su interior. ¿Quién podría impedir su nacimiento? En la Alemania de los años 20 pasó algo parecido, el nazismo devoró a la democracia sin que la sociedad apenas se percatase".
¿En qué andaban los intelectuales y filósofos de aquella época en la cual un militar con mil complejos encima se hacía fuerte y explotaba la falta de liderazgos políticos? Los "cerebros" de la Alemania de entonces debatían sobre si los ángeles tenían o no sexo. Absurdo pero real.
La serpiente incubó el huevo y el resultado fueron años más tarde cincuenta millones de muertos en la Segunda Guerra, y un genocidio -Holocausto- que las bestias modernas siguen negando.
No hay que dramatizar suponiendo que algo así pueda ocurrir en la Argentina. Pero tampoco mirar para otro lado. La jauría -aún pequeña- que irrumpió en la Catedral Metropolitana, viendo las filmaciones con detenimiento, mostraron alguna preparación para la circunstancia. Están entrenados en la militancia del odio.
Justo cuando los tres grandes credos de la Argentina, catolicismo, islámicos y judíos retoman de buena onda sus vínculos, aparecen estos gérmenes y agazapados tras oraciones sagradas para el cristianismo (rezar a los gritos el Padre Nuestro y el Ave María), rompen una ceremonia diciendo que los judíos no tenían que estar en la Catedral de Buenos Aires.
Detrás de esa movilización hubo quien la organizó y soltó a esos chicos causando sorpresa e indignación. Hay escenas en la cual se ve al diputado Eduardo Amadeo increpándolos por su desatino y los chicos ni se inmutan respondiendo sólo a los gritos con esos rezos del Padre Nuestro. Hasta tuvieron expresiones insultantes contra el Papa Francisco, lo que demuestra su nivel irracional a toda prueba.
Hubo personas mayores conduciendo a estos jovencitos entrenados en el odio. Nadie puede pensar que a tan temprana edad tienen ya posición ideológica y religiosa tomada por propia voluntad.
No tienen demasiada cabida en la Argentina de hoy pero tampoco es cosa de quedarse de brazos cruzados porque estas demencias nunca se sabe cómo terminan. Ahí está el sueño loco de Alejandro Biondini recibiendo indicaciones de Hitler mientras dormía.
El huevo de la serpiente hay que inocularlo antes que la bestia nazca y se desarrolle. Claro que es una metáfora, pues los reptiles tienen mala prensa pero también son criaturitas de Dios.