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El horror en primera persona: las terribles vivencias de las mujeres secuestradas por ISIS

Violaciones, violencia y abuso total: las mujeres que lograron escapar cuentan toda la verdad.

La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) sacó a luz un informe revelador, donde cuenta las horribles instancias que deben superar las mujeres que logran escapar del Estado Islámico.

Más de 20 víctimas, entre ellas nenas de 9 a 12 años, kurdos, médicos y operadores humanitarios aceptaron contar su historia, donde sobrevuelan la violencia, las violaciones y el abuso constante contra los derechos humanos.

La mitad de las mujeres que hablaron fueron violadas por los jihadistas y hasta una doctora contó que 70 de las 105 jóvenes que atendió habían sufrido abusos sexuales. El total de ese número había sido vendida o entregadas como regalo a otras personalidades importantes.


Algunas historias del sufrimiento que padecen en el Estado Islámico:

  • Jalila - 12 años

Fue secuestrada y llevada a una casa en Siria junto a otras niñas, donde los hombres las elegían, las tocaban y se aprovechaban de ellas. ¿Qué pasaba si se negaban? "Le dije que no me tocara y le rogué que me dejara ir. Le dije que me llevara con mi mamá. Le pregunté qué quería de mí, y pasó tres días pegándome y teniendo sexo conmigo".

"A veces fui vendida, a veces me entregan como un regalo...", dijo sobre los siete hombres que abusaron de ella. "El último era el más abusivo; solía atarme de manos y pies".

  • Wafa - 12 años

Se la llevaron con la promesa de que no le harían daño, pero no cumplieron: "El hombre que me secuestró dormía en el mismo lugar que yo y me dijo que no tuviera tiempo porque yo era como su hija. Un día me desperté y mis piernas estaban cubiertas de sangre".

A los tres meses pudo escapar, aunque nunca más volvió a ver ni a sus padres ni a sus cuatro hermanos.

  • Rashida - 31 años

Al tiempo de quedar secuestrada, logró robar un teléfono y llamar a su hermano, porque los jihadistas querían convertirla al Islam y casarla: "Voy a intentar ayudarte, pero si no puedo tenés que suicidarte porque sería la mejor alternativa", le respondió.

"Ese mismo día hicieron una lotería con nuestros nombres y comenzaron a elegir a las mujeres extrayendo los nombres. El hombre que me eligió me obligó a bañarme, pero mientras yo estaba en el baño intenté suicidarme", contó ella.

"Había encontrado un poco de veneno en la casa y lo llevé al baño. Sabía que era tóxico por su olor. Lo distribuí entre las chicas y cada una de nosotras la mezcló con un poco de agua en el baño y la bebimos. Ninguna de nosotras murió, pero todas enfermamos", cerró.