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El hombre que mató a una joven y la tiró al aljibe llamó a la madre para ver si la habían encontrado

El detenido confesó el crimen de Celeste 10 días después. La había captado en la plaza donde llevaba a jugar a sus hijas.

La había conocido en la localidad cordobesa de James Craik a la que iba cada vez que visitaba a sus hijitas de 4 y 2 años. Es que desde que se había distanciado de su mujer, hace unos dos meses, vivía en Laguna Larga, a unos 60 kilómetros por la Ruta Nacional 9. En esos 60 días, y mientras jugaba en la plaza con sus nenas, también captó a Celeste Caballero. Ella tenía 14 y él, Carlos Miguel Heredia, 35. Y la mató de un tiro en la cabeza.

Diez días buscaron a Celeste Caballero, investigaron sus últimos pasos, se siguieron pistas falsas y de las buenas, pero todo terminaba en la nada. Sólo sabían que una cámara de seguridad de una estación de servicio de las afueras de James Craik, donde la adolescente vivía con su mamá, la había captado el 10 de febrero junto a un hombre: ese hombre era Heredia.

Durante todo ese tiempo que nada se supo de la adolescente, Heredia "se ocupó de llamar a la mamá de Celeste de tanto en tanto para saber si tenían alguna noticia de ella, si la habían encontrado, se mostraba preocupado...", confiaron las fuentes consultadas por Clarín.

El martes pasado, el sospechoso confesaría ante los investigadores: "Le pegué un tiro y la tiré en el aljibe". Sobre la medianoche los llevaría hasta el lugar donde aquel 10 de febrero optó por descartar el cuerpo en un pozo de un predio abandonado de Laguna Larga hasta donde ambos habían llegado en su Chevrolet Corsa gris.

Como el cuerpo estaba en un avanzado estado de descomposición, recién esta mañana se pudo hacer la autopsia. Según las fuentes, a Celeste la mataron "de un tiro que ingresó por la oreja izquierda y salió por el costado del cuello del lado derecho, provocándole una hemorragia cervical".

Entonces, para los investigadores, el crimen ocurrió dentro del Corsa del sospechoso, "cuando la adolescente estaba sentada en el asiento del acompañante". Ese coche -que fue ploteado recientemente- fue secuestrado el día que Heredia confesó en la puerta misma de la comisaría. Como también un revólver calibre .38 que había sido pintado con aerosol.

"Mientras que un cubre volante que presentaba manchas de sangre se lo llevaron de la vivienda de Laguna Larga donde Heredia vivía con su padre y unos hermanos desde que se había separado de la mujer", indicaron las fuentes.

Para los investigadores el círculo está cerrado sobre Heredia, un camionero que transporta cereales que "parece manso, pero no: es un lobo con piel de cordero". Es más, tiene antecedentes desde 2010 por coacción, daños, tentativa de homicidio, desobediencia, lesiones leves, encubrimiento y tentativa de extorsión.

Lo único que resta saber es qué pasó esa noche en el coche cuando Heredia mató a Celeste. "Según sus dichos a la policía, ella le decía que le iba a contar a su mujer", esgrimieron.

Lo cierto es que la ex del sospechoso fue consultada por los investigadores antes de citarlo a la segunda testimonial en donde se quebró y confesó. La mujer les dijo a los investigadores que a Heredia 'las prefería jovencitas'.

Celeste era la menor de ocho hermanos. Sus papás, Carlos y Gladys, estaban separados y ella vivía junto a su mamá en James Craik. La casa de su padre quedaba en la localidad de Oliva, a 14 kilómetros de distancia por la Ruta Nacional 9.

El día que desapareció. Celeste le avisó a su mamá que se iba de su papá. Pero nunca llegó. Y así comenzó la búsqueda. Fue entonces que Heredia, al igual que muchas otras personas, declararon ante la Policía local. Pero cuando los investigadores repasaron esos testimonios, no les cerraron sus dichos.

Mientras tanto, descubrían que la chica había estado el día de la desaparición en una estación de servicio a la salida de James Craik. Allí la había captado una cámara de seguridad junto a un hombre que resultó ser Heredia. Y por eso lo citaron nuevamente a declarar.

Eso fue el martes pasado. Heredia llegó para la hora de la siesta. A las 21 ya había confesado y para la medianoche, había marcado donde estaba el cuerpo.

Ahora está detenido y espera su traslado a la cárcel de Bower. El titular de la Fiscalía de Instrucción de tercer turno de Villa María, René Bossio, lo acusó de homicidio agravado por el uso de arma y femicidio.