El hombre más solitario del mundo
Vive en una choza de paja en el Amazonas, en un paraje llamado Rondônia. No es sólo el ser humano más aislado del planeta. También debe ser el más inteligente: huye de la humanidad como de la peste. Pero ¿por cuánto tiempo?
Es el último descendiente de una tribu de la amazonia brasileña. Fue descubierto en 1996, cuando comenzó a propagarse el rumor de que en la espesura de la selva había un hombre salvaje, armado con arco y flechas, totalmente desnudo y que, según estimaron, tenía unos treinta años de edad. Le llamaron “el hombre del agujero”: a medida que percibía intrusos dejaba chozas de techo de paja donde cava pozos rectangulares de unos cinco metros de profundidad. Va de refugio en refugio huyendo de sus perseguidores. En una de las incursiones occidentales y cristianas, transmitió un mensaje claro: una de sus flechas acabó en el pecho de un agente federal del gobierno del Brasil.
Sus descubridores concluyeron que su aldea, sobrevivientes de la tribu akuntsu, fue masacrada por taladores y hacendados ávidos de tierras a principios de 1996, quienes arrasaron la zona con fusiles y motosierras. En 2007, el gobierno impidió que la tala de árboles lo alcanzara y declaró una zona de 50 km² alrededor de su cabaña. No hay intenciones de tomar contacto físico con él y en los últimos días trascendió la existencia de un plan de hacer un seguimiento aéreo de las huellas de las últimas tribus.
El brasileño Vicent Carelli, premiado director de la película “Corumbiara”, que documenta el genocidio de los akuntsu y otros pueblos indígenas del Amazonas, fue el único que consiguió imágenes del “hombre del agujero”. La política de su producción fue no acercarse a menos que la iniciativa del contacto fuera suya. No fue posible: el indígena confundió la cámara con un arma y disparó un flechazo. Afortunadamente, no hubo heridos en esa ocasión. Pero tampoco “entrevista”: el sobreviviente de los akuntsu no hace declaraciones.
Ahora, cuando la controversia sobre el nativo regresa lentamente a los medios brasileños, Carelli teme que otros documentalistas se acerquen siguiendo una estrategia más agresiva, y que sus intentos por establecer contacto con él terminen en una tragedia. El hombre más solitario del mundo ya fue claro: lo único que quiere es que lo dejen en paz.