El hombre condenado para siempre
Emilio Salazar tenía una obsesión: matar a su mujer, para dejarle todos sus bienes "a la otra". El plan criminal se inspiró concretamente en tremendos videos de descuartizamientos y homicidios súper crueles ocurridos en Rusia.
Por Mauro Szeta
@mauroszeta
El 13 de marzo de 2009 llevó adelante su obra macabra. Todo estaba digitado. Nancy López fue atacada a traición. Estaba en el baño de una casa de Pilar cuando la sorprendieron por la espalda.
El atacante era él, su pareja Salazar, el amor de su vida. Fueron tres golpes con un martillo. Muerte inmediata. Después, Salazar puso en práctica lo que había aprendido mirando vídeos. Cortó el cuerpo de la víctima, y empezó el operativo "limpieza de evidencias". De a poco, fue sacando los restos. Todo su plan iba encaminado al éxito pero cometió un error crucial.
Salazar contrató un remis para usarlo como medio de transporte para deshacerse del cuerpo. Al chofer lo engañó con una excusa vil: "Llevo un perro grande que se me murió. Lo quiero tirar en una zona descampada", le dijo. Y lo que dijo, lo cumplió. Después, como si nada, siguió con su plan criminal adelante.
Hizo la falsa denuncia de la desaparición de Nancy. Todo parecía funcionarle bien, pero no fue así. Los restos aparecieron. El caso se hizo público. Y el remisero se convirtió en un testigo clave. El chofer vio por TV el hallazgo de restos humanos a la vera de la Panamericana, y por el lugar, se dio cuenta que había sido estafado, y que el criminal lo había usado para deshacerse del cuerpo.
El chofer dio información vital de su pasajero, y así llegaron a Salazar, y lo detuvieron. La prueba de Luminol reveló cuál había sido la escena del crimen.
Un tatuaje sirvió para terminar de identificar a la víctima. Ya preso, Salazar confesó el crimen, pero lo hizo con típicas lagunas en su relato, en un intento por atenuar su culpa.
En el juicio, lo condenaron a reclusión perpetua por tiempo indeterminado. Los jueces evaluaron como agravantes su desprecio por la vida y el estado de indefensión de la víctima al momento del asesinato. En la sentencia, también se condenó a "la otra" por encubrimiento.
Según los jueces, ayudó a limpiar la escena del crimen. La sentencia contra Salazar fue confirmada por la Cámara de Casación Penal. En el caso de "la otra", la absolvieron. Con este fallo, "El descuartizador de Pilar" deberá pasar 40 años en prisión para recién pedir la condicional. Hoy tiene 40 años. Recién a los 80 podrá anhelar la ansiada libertad.
Su condena es prácticamente inédita. Uno de los pocos antecedentes similar es el de Carlos Robledo Puch. En 1973 fue condenado a reclusión perpetua por tiempo indeterminado por 11 homicidios. Ya lleva 40 años preso, y la justicia no le dio ningún beneficio. Salazar es ahora el nuevo condenado para siempre.
Su celular y su computadora lo terminaron delatando. Ahí escondía la musa inspiradora de su faena criminal.