El historial de incumplimientos que llevaron a suspender a Ana Rosenfeld
Por José Luis Ferrari. Mi colega debe replantearse si sigue tomando las mismas decisiones.
La sanción que le impuso el Tribunal de Ética del Colegio Público de Abogados a la Dra. Ana Rosenfeld tuvo mucha repercusión en los medios de comunicación. Conozco a varios de los que intervinieron en él, aun así, seré lo más sintético y claro posible.
Quien lee estas líneas pensará que económicamente no le hará mella en el patrimonio de mi colega esta sanción. Económicamente no, pero socialmente sí. La doctora Rosenfeld es un espejo donde se miran los jóvenes abogados. Muchos de ellos quisieran alcanzar el prestigio y el reconocimiento de la letrada sancionada.
El prestigio (o el temor que infunde a los maridos) es su construcción y su obra maestra. Todos los abogados estamos sometidos a un Código de Ética o de Conducta y de violarlo podemos ser sancionados por un tribunal conformado por nuestros pares.
Sintéticamente, la Dra. Rosenfeld tiene un historial de incumplimientos a dicho código. A esta instancia llegó por la denuncia de un letrado y de un periodista quienes entendieron que la abogada violó el secreto profesional al contar pormenores de su cliente Juan Darthés.
Personalmente creo que los datos que contó en los medios de comunicación no afectaron a los intereses de su cliente. La letrada, en todo momento, se defendió diciendo que la denuncia de Thelma Fardin la afectaba como mujer.
Lo que fue determinante fueron sus antecedentes. En el año 2012 fue apercibida por no comportarse con mesura y por promocionarse como el terror de los maridos (podemos promocionarnos, pero no infundir miedo).
El año pasado fue sancionada con una multa de $ 80.000 por una falta grave: firmó un convenio de honorarios en una cuestión de familia donde esta práctica se encuentra prohibida.
En su descargo, Rosenfeld solo se ampara en razones de conciencia.
En definitiva se trata de ejercer el derecho, infundir confianza y respeto. Tantos incumplimientos o jugar al límite le representan hoy una suspensión y, de seguir así, le suspenderán la matrícula de por vida.
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