Sociedad
El hambre es lo de menos: cuatro bares notables donde el primer plato es la cultura
¿Sos de buen comer o de buen vivir? Si tu respuesta es “las dos cosas”, no te podés perder esta nota con cuatro experiencias gastronómicas que te van a empachar todos los sentidos. ¿Quién dijo que la pinta es lo de menos?
Hay personas a las que le da lo mismo entrarle al sandwich de parado en la ruidosa estación de tren con tal de lograr el objetivo vital que consiste en saciar el hambre.
Y hay otras que hacen del desayuno, del almuerzo, de la merienda y de la cena un culto, una ceremonia. Son los bon vivants, aquellos que disfrutan los placeres de la vida, especialmente la comida y la bebida. Los ultra ortodoxos, prefieren hacerlo en entornos confortables donde se respire arte, pausa y reflexión.
Vamos a recorrer cuatro esquinas “notables”, donde el aroma a café recién molido juega a la ronda con los objetos que forman parte de la memoria colectiva nacional. Historia pura, a la carta, y una panzada cultural con tres medialunas de manteca.
Celta Bar
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Fotosgentileza Los Notables
Fue refaccionado con sus características de bodegón porteño. Por su uso cultural, puede clasificarse como “café concert”. Está ubicado en la esquina de Sarmiento y Rodríguez Peña. Sirvió como escenario para presentaciones de poesía, teatro y conciertos en vivo con músicos como Javier Malosetti, Luis Salinas y Miguel Botafogo.
Se observan retratos de músicos notables, paquetes de antiguos jabones y yerbas, chapas de publicidades de los años '50, cajones de reparto y frascos con conservas que son parte de las misceláneas que hacen a la identidad del bar.
Un chopp de sidra tirada en una de las mesas de madera junto a la ventana guillotina amerita una selfie y buena compañía.
La Poesía
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Fotos: gentileza Los Notables
Este café, ubicado en Chile al 500, es un oasis que invita al tsunami de ideas, lo cual lo vuelve el lugar indicado para escritores, productores y artistas. En sus mesas, además, se inició una gran historia de amor ya que allí se conocieron el poeta y letrista de tango Horacio Ferrer y la artista plástica Lucía Michelle.
Y luego, tiene alma de museo. Entre los objetos mas pintorescos se destacan los muebles de madera, una chopera de bronce, un piano de 1915, una colección de latas, sifones y una fotogalería con imágenes de más de cien referentes de nuestras letras. La Poesía es sinónimo de inspiración a cualquier hora del día.
Un buen parroquiano no se perdería a la hora del vermú “Melodía de arrabal” (Hesperidina, vermut rosso y tónica) .
Bar de Cao
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Fotos: gentileza Los Notables
Este edificio construido en 1915 está lleno de mitos. Hay quienes sostienen que tuvo pasado de fonda, pulpería o vivienda. Las certezas empiezan recién en los años 20 con la familia Cao, oriunda de Asturias, que funda allí un negocio próspero: un almacén con despacho de bebidas llamado “La Armonía”.
El renovado Bar de Cao data de 2002 y es un espacio de encuentro y rituales (el vermú a media mañana, la sobremesa sin apuro, el truco de la tarde, la charla sobre la vida y un buen tango).
Las huellas de los Cao están presentes en paredes, muebles y vitrinas de su viejo almacén.
Toda esta iconografía centenaria te entra por los ojos (de entrada) pero la tablita combinada de salame de chacra y queso fontina podría ser el plato principal en este notable ubicado en Independencia y Matheu.
El Colonial
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Fotos: gentileza Los Notables
Es un bar que permite respirar historia mientras se huele el aroma que sale del pocillo de café. Se encuentra ubicado a una cuadra de la “Manzana de la Luces”, en la esquina de Belgrano y Perú, una de las esquinas más importantes en la segunda Fundación de Buenos Aires por Juan de Garay.
Este edificio conserva algunos ladrillos de la época colonial, hechos con barro y paja secados a horno. Abrió sus puertas, a principios del siglo XX, como almacén-bar. Tiene espíritu de cafetín y ha sido escenario de varias películas del cine argentino como “Nueve Reinas” de Fabián Bielinsky o “La hora de los hornos” de Pino Solanas.
El Colonial es, definitivamente, el espacio para alimentar panza y alma ya que brinda la posibilidad de tomar de las estanterías un buen libro mientras se degusta el mejor bife de lomo a punto con guarnición.
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