El Gobierno, por la caja del Central
La Presidente anunció anteayer el envío de un proyecto para poner "punto final" al concepto de "reservas de libre disponibilidad".
Ya en los últimos tres años el Gobierno vino obteniendo en forma fluida permisos del Congreso para usar esas reservas "libres" para pagarle a acreedores privados.
El cambio propuesto es para hacer lo mismo pero con menos reparos.
Las reservas de "libre disponibilidad" son los dólares que tiene el Banco Central por encima la cobertura de la cantidad de pesos que emitió y que constituyen un reaseguro adicional para garantizar que existan dólares para importar. Y, también, para enfrentar cualquier corrida al dólar.
A partir del nuevo esquema podrán circular más pesos sin tener el respaldo equivalente en dólares.
Desde ya que en esa relación interviene el precio de la divisa.
Un dólar más caro es el resultado de que faltan reservas y hay muchos pesos. Un dólar más barato responde a una situación en la cual el nivel de reservas excede a la cantidad de circulante.
El Gobierno anticipa que, probablemente, haya menos dólares en el Central porque, por ejemplo, podría cancelar la deuda con el Club de París (unos US$ 9.000 millones).
En ese caso, el precio del dólar debería tender a subir pero, también anticipándose a eso, el Gobierno ya implantó el cepo cambiario.
Este consiste en tener que pedir autorización para comprar dólares, para pagar importaciones o hacer pagos al exterior.
En los últimos dos años el Gobierno usó en forma intensiva fondos del Banco Central para cubrir baches en el Tesoro.
Ahora ganará libertad para usar las reservas del Banco Central. Pero tendría que profundizar el cepo cambiario si no encara la lucha contra una inflación no reconocida y enfrenta problemas de credibilidad. Todo eso para evitar sorpresas desagradables.