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"El Gobierno no admite la realidad"

*Por Gustavo García. Mariano Caucino, titular de la Asociación de Dirigentes de Empresas (ADE) anticipa la dura batalla de las paritarias. El dirigente empresario exige a las autoridades un sinceramiento del índice de inflación. Las pymes serán las más afectadas si se pactan aumentos salariales del 35%. Más trabajadores estarán condenados a la economía informal.

El prólogo de las negociaciones paritarias sirvió para vislumbrar lo que será un escenario complicado. Ante el pedido de un 35% de aumento expresado por algunos sindicatos, el flanco empresarial levantó la guardia y está decido a dar pelea. Desde la Asociación de Dirigentes de Empresas (ADE), su presidente, Mariano Caucino, hace una radiografía de la situación.

-¿Qué lectura hace del reclamo de aumento del 30%?

-En la economía argentina hay un problema de inflación complejo y creciente desde los últimos cinco años. Una de las formas de ver que eso existe y no es una mentira, como nos quiere hacer creer el Gobierno, son los reclamos salariales. Año a año van creciendo. Hace tres años eran del 20%, luego fueron de 25% y ahora son del 30 o 35%.

-¿Acuerda con ese porcentaje?

-Los reclamos salariales son razonables desde el punto de vista de los intereses de los sindicatos, pero también es razonable que los empresarios discutan para ver hasta dónde pueden pagar. Pero el dato profundo es que hay un problema inflacionario serio y que el Gobierno no lo quiere reconocer. Habla del 10% de inflación anual y en el país nadie habla de menos de 24%.

-¿Cómo se hace en este contexto para establecer un programa de pautas salariales a la baja que reduzcan las expectativas inflacionarias?

-El principal responsable de la situación económica del país es el Gobierno nacional. No son ni los sindicatos ni los empresarios. Sindicatos y empresarios son parte del problema, pero no el árbitro. Cada uno defiende sus intereses, tratando de que haya una relación armónica y no de conflicto. Pero quien debe arbitrar las medidas para que estas cosas funcionen es el Gobierno. Lo primero que tienen que hacer es dejar de mentir. Admitir la realidad, reconocer cuál es la situación real.

INFLACION

-¿Y luego qué?

-Hay que cuidar los intereses de los argentinos, manteniendo el nivel de producción, el crecimiento de la economía, un buen nivel de empleo y el poder adquisitivo de los trabajadores. Si la solución es que se congelen los ingresos salariales, lo que va a ocurrir es que la gente va a ver licuado absolutamente el poder de compra. Que ya lo ve así, porque pese a que los acuerdos son del 25%, a los trabajadores se los perjudica porque se habla de la inflación promedio, pero en alimentos es más alta.

-¿Falta el Gobierno en el diálogo social?

-Está faltando, por supuesto. Porque la principal crítica que uno le puede hacer al Gobierno es no admitir la realidad. Desde hace cinco años el Gobierno insiste con una fórmula para resolver el problema que se ha probado es ineficiente. La inflación era del 12% en el 2005, ahí empezó a actuar el secretario de Comercio (Guillermo Moreno), comenzó a establecer el sistema de acuerdos de precios y demás. Al año siguiente la inflación fue 15%, luego 18%, el año pasado fue 25% y para este año se calcula un 25 o 30%. La política que han aplicado hasta ahora fracasó.

-¿Cree que se arribará a un pacto social?

-Creo que es positivo. Los pactos sociales, acuerdos entre sindicatos, empresarios y el Gobierno son bienvenidos, y son atendibles, pero no son las solución de los países. En Argentina se habla mucho de hacer el pacto de la Moncloa, el pacto social, el pacto político, pero todo eso es muy interesante en la medida que haya una decisión del poder político de impulsarlos realmente.

LAS PYMES

-¿Qué impacto puede tener un aumento del 35% sobre las pymes?

-Para las pymes es un problema, porque lo que va a ocurrir es que algunas tendrán que aumentar mucho los precios para competir; otras terminarán deslizándose hacia la economía en gris o en negro, en sus diversas variantes, con lo cual perjudican también al conjunto. Van a perjudicar a los empleados, que terminarán trabajando en negro. En lugar de corregir los problemas, los van a agravar. Cada uno se irá adaptando como pueda, pero el resultado colectivo será negativo en el largo plazo. Hay que ver las cosas en conjunto. Si la inflación en el 2005 era del 12% y ahora es del 30% es porque algo pasó.

-¿Es imposible que las empresas absorban el aumento?

-Es muy difícil, sobre todo para las pymes. Hay Cámaras empresarias que dicen que los sindicatos se desbordaron. Yo no sé si se desbordaron, creo que piden en función de su realidad. La prueba está en Hugo Moyano (secretario General de la CGT): si siendo el principal aliado del Gobierno pide un 30%, esto significa algo.

-¿Se puede producir un efecto contagio entre sindicatos?

-Hay eso, por supuesto. Además, un sindicato que pide 30% obliga al que tenía pensado pedir 25% a subir un poco porque sino queda como un fracaso en su negociación y en su representación. Estos temas siempre arman carreras negativas de ver quién le va ganando al otro. Ocurre que hay empresas que se anticipan al aumento salarial, ven que piden 35% para cerrar en un 30%, entonces aumentan los precios para cubrirse; al mismo tiempo eso hace subir la inflación y se va produciendo una espiralización del problema.

-¿Es contraproducente negociar con un frente sindical múltiple?

-Eso es negativo en un sentido, porque no se sabe con quién hay que negociar. Pero es positivo en otro porque tampoco nunca son buenos los monopolios de ninguna naturaleza, ni empresarios ni sindicales.

-¿Temen un desborde de la inflación este año?

-No puedo decirlo. Puede ocurrir o quizás se continúe en un sendero parecido al de los últimos años, aumentando pero lentamente. Tal vez en lugar de 25%, termina en 30% y estará todo un poco peor. El problema es que como Argentina ha tenido inflación muy alta en las décadas anteriores, la gente compara y piensa que un 30% anual se puede manejar. Pero las cosas hay que ponerlas en su contexto y la inflación argentina es altísima en el escenario mundial. Solamente Venezuela tiene un índice similar o superior. No hay un sólo país con la cantidad de habitantes y la importancia relativa de Argentina en el mundo que tenga esta inflación.