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El Gobierno espera una señal de Alberto Fernández para habilitar el refinanciamiento de la deuda
La iniciativa se encuentra virtualmente estancada desde que fue anunciada por el Gobierno.
Ante la falta de consenso por parte de la oposición, el Gobierno espera una señal de Alberto Fernández para habilitar el proyecto de refinanciamiento de la deuda, de lo contrario, avanzaran con un decreto de necesidad y urgencia.
La intención de consensuar un proyecto con la oposición obedece a la necesidad de evitar cuestionamientos, para que su aprobación holgada implicara una señal de confianza a los mercados.
Sin embargo, con Alberto Fernández de gira por Europa y el peronismo enfocado en discutir la emergencia alimentaria, más que dispuesto a fijar una postura en un tema que, entiende, debe resolver el Gobierno; los plazos se estiran más de lo previsto por la Casa Rosada.
Si bien los puentes y el diálogo entre los principales interlocutores se mantiene, y en el Gobierno avisan que primero “se agotarán todas las instancias de negociación”, el Ejecutivo comienza a analizar la posibilidad de avanzar con un decreto de necesidad y urgencia. “Viene lento y el DNU es una alternativa. Pero tenemos tiempo”, planteó una voz del oficialismo que participa de las negociaciones.
El DNU fue, en definitiva, una de las propuestas que hizo la oposición en las charlas informales que hubo hasta el momento. El primero que lo sugirió fue el líder del Frente Renovador Sergio Massa días atrás en la reunión que, tal como reveló Clarín, mantuvo esta semana en sus oficinas de la zona de Retiro, con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; y su vice, Sebastián García de Luca; y el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.
También fue lo que plantearon desde el Bloque Justicialista del Senado al presidente provisional de la Cámara alta, Federico Pinedo; y a Miguel Pichetto, compañero de fórmula de Macri.
Aunque también están quienes lo objetan y advierten que podría ser impugnado judicialmente porque “se necesita sí o sí una ley”, el decreto sería, en cualquier caso, una salida intermedia al asunto: serviría para ganar tiempo en medio de la crisis económica y cambiaria que se reavivó tras las PASO.
Como publicó Clarín en su edición impresa de este viernes, Agustín Rossi, jefe de la bancada de diputados del Frente para la Victoria; dijo estar “en desacuerdo que sea un DNU”. “En mi opinión personal, no hay urgencia porque es un título (el Bonar 2020) que vence el año que viene”.
Pero en la oposición hay quienes ven al DNU como una salida alternativa. Y considera que ese decreto podría tratarse en el Congreso luego de las elecciones del 27 de octubre y que, ante un eventual triunfo de Alberto Fernández, podría ser el presidente electo quien en tándem con los legisladores pueda imponer las nuevas fechas de vencimiento de mediano y largo plazo; lo que le permitiría al nuevo Gobierno tener poder de decisión sobre el tema y no arrancar condicionado por decisiones de Mauricio Macri.
La intención de consensuar un proyecto con la oposición obedece a la necesidad de evitar cuestionamientos, para que su aprobación holgada implicara una señal de confianza a los mercados.
Sin embargo, con Alberto Fernández de gira por Europa y el peronismo enfocado en discutir la emergencia alimentaria, más que dispuesto a fijar una postura en un tema que, entiende, debe resolver el Gobierno; los plazos se estiran más de lo previsto por la Casa Rosada.
Si bien los puentes y el diálogo entre los principales interlocutores se mantiene, y en el Gobierno avisan que primero “se agotarán todas las instancias de negociación”, el Ejecutivo comienza a analizar la posibilidad de avanzar con un decreto de necesidad y urgencia. “Viene lento y el DNU es una alternativa. Pero tenemos tiempo”, planteó una voz del oficialismo que participa de las negociaciones.
El DNU fue, en definitiva, una de las propuestas que hizo la oposición en las charlas informales que hubo hasta el momento. El primero que lo sugirió fue el líder del Frente Renovador Sergio Massa días atrás en la reunión que, tal como reveló Clarín, mantuvo esta semana en sus oficinas de la zona de Retiro, con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; y su vice, Sebastián García de Luca; y el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.
También fue lo que plantearon desde el Bloque Justicialista del Senado al presidente provisional de la Cámara alta, Federico Pinedo; y a Miguel Pichetto, compañero de fórmula de Macri.
Aunque también están quienes lo objetan y advierten que podría ser impugnado judicialmente porque “se necesita sí o sí una ley”, el decreto sería, en cualquier caso, una salida intermedia al asunto: serviría para ganar tiempo en medio de la crisis económica y cambiaria que se reavivó tras las PASO.
Como publicó Clarín en su edición impresa de este viernes, Agustín Rossi, jefe de la bancada de diputados del Frente para la Victoria; dijo estar “en desacuerdo que sea un DNU”. “En mi opinión personal, no hay urgencia porque es un título (el Bonar 2020) que vence el año que viene”.
Pero en la oposición hay quienes ven al DNU como una salida alternativa. Y considera que ese decreto podría tratarse en el Congreso luego de las elecciones del 27 de octubre y que, ante un eventual triunfo de Alberto Fernández, podría ser el presidente electo quien en tándem con los legisladores pueda imponer las nuevas fechas de vencimiento de mediano y largo plazo; lo que le permitiría al nuevo Gobierno tener poder de decisión sobre el tema y no arrancar condicionado por decisiones de Mauricio Macri.
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