El Gobierno convoca a los radicales y les ofrecerá la vicepresidencia para la elección
Se planteará la posibilidad de que puedan elegir el compañero de fórmula de Macri.
El presidente Mauricio Macri por primera vez habilitó a sus dirigentes de mayor confianza a ofrecer abrir la fórmula presidencial y ceder el cargo de vicepresidente al radicalismo.
Se trata de un gesto que Macri se resistía a dar, pese al reclamo creciente de dirigentes de la UCR por conseguir mayor influencia en la mesa de decisiones. De hecho, cuando comenzó a sonar el nombre de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, para ocupar ese lugar, la explicación que dieron desde el entorno presidencial para descartar esos rumores se basaban en el impacto en la coalición de Cambiemos que podía generar "abrir" la fórmula presidencial y desplazar a Gabriela Michetti para elegir a otra figura macrista pura.
Los reclamos radicales lejos estuvieron de disiparse y el agravamiento de la crisis cambió el escenario. En febrero, Macri evaluó también la posibilidad de abrirle la interna a la UCR, pero hoy -con su caída en las encuestas- no parece una opción. En cambio, entregar el cargo de vicepresidente comenzó a tomar forma en las últimas semanas. Y el punto máximo de presión se dio durante la visita que hizo a Casa Rosada el histórico operador del radicalismo Enrique "Coti" Nosiglia, quien -como contó Perfil- planteó que el jefe de Estado debía rodearse de un vice radical para acallar el fuego cruzado interno.
El pedido del "Coti" fue evaluado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien al mismo tiempo redobla sus esfuerzos por despejar cualquier duda respecto a que Macri va a ir por la reelección y de que no hay ninguna posibilidad de que se apele al "Plan V", es decir a la candidatura de María Eugenia Vidal, cuya eventual postulación entusiasma por igual a empresarios desencantados con el Presidente, líderes de opinión y -por lo bajo- hasta a dirigentes del propio oficialismo.
Aunque también rechazaba la idea de que el vice fuera radical, y en su entorno repetían como un mantra "equipo que gana no se toca" -para sostener que Michetti tenía más acciones para intentar renovar su cargo-, el jefe de Gabinete es consciente que abrir la fórmula presidencial tendría un doble efecto: no sólo sellaría el respaldo radical y despejaría rumores de fugas y saltos hacia el lavagnismo, sino que evitaría que se siguiera alimentando el pedido del "Plan V" que tanto lo inquieta.
En este contexto, durante el fin de semana, Peña se puso al frente de la convocatoria a los gobernadores radicales, Alfredo Cornejo (Mendoza), Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes) a una cumbre para el próximo lunes en Casa Rosada, en la que también estarán Vidal, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Allí, por primera vez, estará sobre la mesa de discusión la vicepresidencia. El llamado fue bien recibido por los popes correligionarios.
Fue un movimiento más que Peña realizó para intentar apagar la interna. En esa tarea, en los últimos días volvió a recurrir a los servicios de Frigerio, quien había perdido espacio en diciembre, cuando en medio de la euforia por el G-20 y los números de las encuestas que -según planteaba el macrismo- hacían soñar con un triunfo en primera vuelta, un sector del Gobierno lo eligió para erosionarlo y empezó a fogonear su salida, luego de la ida del titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.
La fecha de la cumbre no tiene otra explicación que la intención del Gobierno de anticiparse y dotar de una excusa fuerte a los radicales que defienden la continuidad en Cambiemos, de cara a la Convención Nacional de la UCR, aún sin fecha y cuyo desenlace es temido en el PRO. La frase de Federico Storani, que expuso que "no sería una locura que la UCR rompa con Cambiemos para apoyar a Lavagna", todavía retumba en Casa Rosada.
La propuesta de que un radical acompañe a Macri en la fórmula tendrá una letra chica que, ahí sí, el Gobierno no va a negociar: "No puede ser un 'tapado'. Tiene que ser un primera línea y que también complemente bien a Mauricio", expusieron desde Balcarce 50. "Un gobernador o (Martín) Lousteau", precisaron.
Desde el radicalismo, más que el cargo, pretenden tener mayor injerencia en la toma de decisiones. "No puede ser que se cocine todo entre dos personas y después tengamos que salir a poner la cara nosotros y a defender cosas sobre las que ni siquiera pudimos decir en privado que no estábamos de acuerdo", expuso un importante hombre de la UCR.
Aunque nadie le quitó su condición de asesor estrella y fue puesto al tanto del ofrecimiento que se le hará a los radicales, según pudo saber Clarín, el ecuatoriano Jaime Durán Barba no habría participado de la decisión. ¿Será casual? Uno de los hombres de mayor confianza del Presidente escuchó un lamento del consultor, que le dijo que Macri "ya no (me) escucha como antes".
El que también mira todo desde afuera y -de lejos- es el socio fundador de Cambiemos, Ernesto Sanz. Peña intentó contactarse con él, pero no tuvo éxito. "Está preocupado por el rumbo, por el futuro y cansado de los destratos", dijo un hombre que mantiene vínculo constante con el ex senador. Su última aparición pública data de mayo del año pasado, cuando acudió a la Quinta de Olivos y posó para la foto junto al resto de la mesa política que había trazado el jefe de Gabinete para superar la crisis, pero que finalmente no volvió a ser consultada.