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El Gobierno bonaerense, contra la Ciudad por las aperturas: “Cuando uno juega a la ruleta rusa el riesgo es muy grande”

El ministro de Salud bonaerense cuestionó la decisión del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta de habilitar mesas al aire libre en locales gastronómicos. “Aumentar la circulación es aumentar de casos”, indicó.

El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán, cuestionó este domingo la apertura de bares y restaurantes en la Ciudad de Buenos Aires, al considerar que “aumentar la circulación es aumentar los casos” y asegurar que “lo que hagamos en estos cinco o seis meses hasta la llegada de la vacuna va a determinar si se muere más o menos gente”.

El funcionario del gobierno de bonaerense se sumó a las críticas de diferentes dirigentes del Frente de Todos al gobierno porteño, luego de que decidieran habilitar a los locales gastronómicos a atender clientes con meses en las veredas y las calles. “Están jugando con un sistema que a nivel público tiene un hándicap de 150 camas, pero que a nivel privado está muy tensionado”, sostuvo en referencia a la situación sanitaria en la Ciudad de Buenos Aires.

“La Ciudad concentra la enorme cantidad de sectores de la salud que responden a empresas de medicina prepaga y a obras sociales. Ese sistema hace tiempo que está muy saturado, llegando al límite”, explicó, en diálogo con la periodista Romina Manguel, en radio Milenium. En esa línea, agregó: “Cuando uno juega al límite y a la ruleta rusa, el riesgo es muy grande. Y cuando se la situación se instaló, retroceder es mucho más problemático”.

Gollán fue claro al marcar sus disidencias con las medidas que está llevando adelante el gobierno porteño. “A nosotros nos parece que aumentar la circulación es aumentar la cantidad de casos, en un momento donde hay muchos casos y la curva no decrece. Epidemiológicamente hay muchos condimentos para no hacerlo”, sostuvo, apuntando a la decisión de abrir los bares.

“Cuando salimos a contar la realidad y a decir lo que iba a pasar, se nos acusaba de meter miedo. Nos decían que a la gente había que transmitirle esperanza. La verdad es que estas cosas pasan en la vida cada 100 años. La sociedad lo tendría que entender”, indicó. Y ejemplificó: “Si esto fuera una guerra y sonaran las sirenas de los aviones, no saldríamos a tomar cerveza”.

El funcionario bonaerense resaltó que en el AMBA “hay una cantidad de casos importantes que no dejó de crecer nunca” y que “tendió a amesetarse”. “En un momento la velocidad de crecimiento fue muy pequeña y eso nos dio la sensación de que estaba aquietada la curva. Bajó la ocupación de terapia intensiva. Pero luego volvió a acelerarse y fue sobre una cantidad de casos muy grande”, afirmó.

“Hasta que no haya dos o tres semanas de descensos sostenidos o importante de los casos, uno no puede habilitar actividades que impliquen más circulación. Se puede abrir quirúrgicamente algunos sectores, siempre beneficiando las actividades productivas y después las recreativas”, destacó.

Luego se metió en un terreno más político y aseguró que “hay algunos dirigentes que hoy son muy sensibles a reclamos de algunos sectores de los que reciben un importante caudal de votos y entonces mezclan la explicación de tipo electoral con una necesidad sanitaria”.

En otro tramo de la entrevista, marcó una diferencia discursiva y conceptual con el presidente Alberto Fernández. “Mientras haya un sector de la sociedad al cuál se le esté vedando hacer algún tipo de actividad, hay cuarentena. Mientras haya una medida de restricción formal, hay algún tipo de cuarentena, que puede ser más o menos profunda. El día que se vuelva a la normalidad, se termina la cuarentena”, expresó. El Jefe de Estado ha dicho en reiteradas oportunidades que “la cuarentena ya no existe”, en referencia a que no hay un cumplimiento efectivo por parte de la gente.

Gollán también se refirió a los últimos pedidos de los médicos de terapia intensiva para que la gente colabore y cumple con las restricciones. “El esfuerzo que están haciendo es descomunal. A todos los pacientes hay que rotarlos 4 veces por días. Y hay terapias que tienen 20 o 30 pacientes. Hay pocos terapistas y tienen que atender a mucha gente. Están agotados”, sostuvo.

En esa línea, dijo que le molesta que no se aplauda más todos los días a las 9 de la noche para reconocer el trabajo de los médicos y advirtió: “No nos van a alcanzar los días para agradecerles”.

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