Sociedad
El Gobierno analiza bajar límites para la compra de dólar del tipo “solidario” o reflotar el "permiso de AFIP"
Se estima que casi 5 millones de ahorristas aprovecharon la ventana para la compra del dólar “solidario”.
El BCRA terminó con un saldo de ventas de USD 1.280 millones y se estima que casi 5 millones de ahorristas aprovecharon la ventana para la compra del dólar “solidario”.
Este ritmo de caída de reservas se estuvo monitoreando de cerca entre tres funcionarios claves: el titular del BCRA, Miguel Pesce, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca.
Alberto Fernández había sugerido que la compra de dólares para el público tenía las horas contadas, ante el incremento de las ventas por parte del BCRA. Pero ahora la situación es mucho peor que entonces. Luego fue el propio ministerio de Economía el que tuvo que salir a aclarar que todo seguía igual. El BCRA quedó en el medio.
El equipo económico había negado la posiblidad de decidir nuevas restricciones al dólar “solidario”, pero ahora reconoce que la situación es “dinámica”. En los primeros días de septiembre se fueron cerca de USD 500 millones y el ritmo de caída de reservas se vuelve insostenible. La semana pasada, el titular de la institución, Miguel Pesce, aseguró que un buen resultado del canje de deuda podría hacer caer caer la demanda de divisas. Pero nada de eso ocurrió, a pesar de que la renegociación consiguió más de 99% de adhesión.
La demanda de dólares tan acelerada tiene su lógica en el aumento de la brecha cambiaria. La posibilidad de comprar a $100 y vender a $130 representa un negocio inmediato para los ahorristas. Y millones lo aprovechan. Por lo pronto, la mayor parte de esos dólares que se compran no quedan dentro del sistema. La estadística del Central revela que en agosto las ventas al público superaron los USD 1.000 millones, pero los depósitos en moneda extranjera crecieron apenas USD 200 millones. Los restantes USD 800 millones se fueron del sistema financiero.
La caída de las reservas líquidas es muy fuerte y eso enciende luces rojas. Primero porque el BCRA está cerca de quedarse sin poder de fuego para mantener bajo control al tipo de cambio oficial. Evitar una devaluación brusca es hoy la principal preocupación de Alberto Fernández. Un salto de tipo de cambio oficial desataría un nuevo pico inflacionario aún en plena recesión, generando una nueva caída del salario real y más pobreza.
La idea es utilizar los pocos dólares que hay para abastecer a la producción. Ya hay muchos sectores que encuentran limitantes para acceder a divisas. “No tiene sentido seguir regalando dólares para los ahorristas cuando ya ha problemas para abastecer a las empresas”, reconocen fuentes oficiales.
Pero ninguna evitaría lo que a esta altura parece inevitable: restringir aún más el acceso al dólar “solidario”, reduciendo el límite actual de 200 por ahorrista. La otra opción más drástica es volver al esquema de compra con permiso previo, que en su momento ideó Ricardo Echegaray, titular de AFIP, para contener la demanda. La “fórmula” por la cual algunos obtenían autorización para comprar y la mayoría no nunca fue clara.
La principal dificultad de limitar todavía más la compra de dólar oficial es el impacto que podría generar en el tipo de cambio informal. El peligro es que se produzca un pico en el valor del “blue”, que cerró la semana en la zona de $133. Sin embargo, quizás sea el mal menor teniendo en cuenta que se trata de un mercado con poco volumen. Pesce reconoció que no es fácil hacerlo bajar porque “los que vendían en el informal eran básicamente los turistas extranjeros, por lo que ahora casi no hay oferta”.
Este ritmo de caída de reservas se estuvo monitoreando de cerca entre tres funcionarios claves: el titular del BCRA, Miguel Pesce, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca.
Alberto Fernández había sugerido que la compra de dólares para el público tenía las horas contadas, ante el incremento de las ventas por parte del BCRA. Pero ahora la situación es mucho peor que entonces. Luego fue el propio ministerio de Economía el que tuvo que salir a aclarar que todo seguía igual. El BCRA quedó en el medio.
El equipo económico había negado la posiblidad de decidir nuevas restricciones al dólar “solidario”, pero ahora reconoce que la situación es “dinámica”. En los primeros días de septiembre se fueron cerca de USD 500 millones y el ritmo de caída de reservas se vuelve insostenible. La semana pasada, el titular de la institución, Miguel Pesce, aseguró que un buen resultado del canje de deuda podría hacer caer caer la demanda de divisas. Pero nada de eso ocurrió, a pesar de que la renegociación consiguió más de 99% de adhesión.
La demanda de dólares tan acelerada tiene su lógica en el aumento de la brecha cambiaria. La posibilidad de comprar a $100 y vender a $130 representa un negocio inmediato para los ahorristas. Y millones lo aprovechan. Por lo pronto, la mayor parte de esos dólares que se compran no quedan dentro del sistema. La estadística del Central revela que en agosto las ventas al público superaron los USD 1.000 millones, pero los depósitos en moneda extranjera crecieron apenas USD 200 millones. Los restantes USD 800 millones se fueron del sistema financiero.
La caída de las reservas líquidas es muy fuerte y eso enciende luces rojas. Primero porque el BCRA está cerca de quedarse sin poder de fuego para mantener bajo control al tipo de cambio oficial. Evitar una devaluación brusca es hoy la principal preocupación de Alberto Fernández. Un salto de tipo de cambio oficial desataría un nuevo pico inflacionario aún en plena recesión, generando una nueva caída del salario real y más pobreza.
La idea es utilizar los pocos dólares que hay para abastecer a la producción. Ya hay muchos sectores que encuentran limitantes para acceder a divisas. “No tiene sentido seguir regalando dólares para los ahorristas cuando ya ha problemas para abastecer a las empresas”, reconocen fuentes oficiales.
Pero ninguna evitaría lo que a esta altura parece inevitable: restringir aún más el acceso al dólar “solidario”, reduciendo el límite actual de 200 por ahorrista. La otra opción más drástica es volver al esquema de compra con permiso previo, que en su momento ideó Ricardo Echegaray, titular de AFIP, para contener la demanda. La “fórmula” por la cual algunos obtenían autorización para comprar y la mayoría no nunca fue clara.
La principal dificultad de limitar todavía más la compra de dólar oficial es el impacto que podría generar en el tipo de cambio informal. El peligro es que se produzca un pico en el valor del “blue”, que cerró la semana en la zona de $133. Sin embargo, quizás sea el mal menor teniendo en cuenta que se trata de un mercado con poco volumen. Pesce reconoció que no es fácil hacerlo bajar porque “los que vendían en el informal eran básicamente los turistas extranjeros, por lo que ahora casi no hay oferta”.
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