El futuro vuelve a los cines
Reestreno de pasado mañana. Una oportunidad de rever el clásico que convirtió en estrella a Michael J. Fox.
"¿Caminos? A donde vamos no necesitamos caminos", le dice Doc (Christopher Lloyd) a Marty McFly (Michael J. Fox) en el final de Volver al futuro . Pasado mañana, el reestreno del clásico de Robert Zemeckis, de 1985, no sólo despierta en cada cinéfilo un recuerdo dormido, pero latente, de la primera experiencia frente a este film, sino que también trae de nuevo los 80, postura que Hollywood estuvo adquiriendo en estos últimos años, con su homenaje a John Hughes en los Oscar 2010 y mediante relecturas de sus historias, como fue la reciente Todo un parto .
¿Quién no recuerda a Marty subiéndose a una máquina del tiempo para viajar a 1955 -más precisamente, un DeLorean modificado-, año en que deberá conseguir que sus padres se conozcan y se casen para asegurar su propia existencia? Es que Volver al futuro fue uno de los primeros blockbusters y una de las películas más citadas del pasado reciente (desde en un discurso del entonces presidente Ronald Reagan hasta Lost ) tomada como modelo para hacer arte (el músico platense Antolín la homenajea en muchas de sus canciones) e incluso hecha videojuego y parque temático.
Lo valioso del film de Zemeckis, escrito junto con Bob Gale, es cómo incorporó la fervorosa cinefilia de sus creadores a su favor. En Volver al futuro no existe una trama que no hayamos visto ya en las películas de Frank Capra, como el caso de ¡Qué bello es vivir! Sin embargo, Zemeckis y Gale le sumaron a un protagonista carismático como Marty McFly (quien originalmente iba a ser interpretado por Eric Stoltz, hasta que Fox coordinó las grabaciones de su serie de entonces, Lazos de familia ), al prototipo de compañero que propulsa la aventura (el científico Doc Brown, interpretado por Lloyd) y, muy especialmente, a objetos como el inmortal DeLorean y la patineta del joven héroe.
De este modo, cuando haya una película que muestre un viaje temporal, cuando un protagonista quiera imperiosamente revertir su destino, cuando se inserte un anacronismo, todos sabremos que nada de eso hubiera podido existir sin Volver al futuro , sin Marty rocanroleando en un baile de los 50 o sin esa torre del reloj donde cae el rayo, engranaje fundamental de la historia .
"Alguien me dijo una vez que es irónico que un film sobre el tiempo no tenga fecha de vencimiento", declaró Fox hace pocos meses, y su compañera de elenco, Lea Thompson, lo secundó en un punto clave: su perdurabilidad. "Para la época, Volver al futuro era controvertida. ¡Yo interpretaba a una madre que debía besar a su propio hijo!", dijo en broma Thompson, en la reunión que organizó la revista Entertainment Weekly por los 20 años de la película. Dicho reencuentro disparó rumores de una posible cuarta parte: "No sé qué vuelta le van a buscar Gale y Zemeckis -se sinceró Christopher Lloyd-, pero si ambos se entusiasman, cualquier cosa puede suceder".
Lo que sí sucedió es que, después de esta trilogía (la segunda película estaba ambientada en el aún lejano 2010; la tercera, en 1885), el futuro del cine se empezó a escribir de otra manera y los viajes en el tiempo, a naturalizarse. Volver al futuro nunca quiso llamar a la reflexión, sino al disfrute del entretenimiento como respuesta al cine arte, casi un precepto del productor Steven Spielberg (pensemos en Indiana Jones ). La lógica de la ciencia ficción cinematográfica pasó a ser, justamente, la de desproveer al género de toda lógica. Quizá por eso, acudir al reestreno de Volver al futuro 25 años después es una actividad que, como bien dice Doc, no necesita camino o, al menos, un camino para emprender ahora mismo. Acaso solamente habría que transportarse a esa sala donde los cinéfilos vieron la película por primera vez. Sí, el camino ya fue trazado: llegó la hora de volver a recorrerlo.
Un regreso impulsado por el fanatismo
El reestreno de Volver al futuro tuvo, como no podía ser de otra manera, un origen basado en el fanatismo. Sir Chandler, responsable de la página web Cines Argentinos , organizó una campaña para exhibir el film por su cuenta y fue sumando salas gracias al boca a boca de otros seguidores de la trilogía. La película se verá durante una semana en las salas 3D en el horario nocturno (la copia es digital, pero 2D). Para la lista completa de salas, www.cinesargentinos.com.ar