El futuro de Gabriela Michetti: hará campaña con Miguel Ángel Pichetto y sueña con ir a la ONU
Tiene buena relación con el candidato a vicepresidente por el contacto en el Senado. Su rol en la contienda electoral.
Nueva York aparece en el espejo retrovisor de Gabriela Michetti. Allí estaba el 11 de junio, cuando Mauricio Macri la llamó para anunciarle que Miguel Angel Pichetto y no ella será quien lo acompañe en lo más alto de la boleta en las próximas elecciones. La noticia ya estaba en los principales medios. Nueva York, sin embargo, también podría aparecer en su futuro, si los planetas de la vicepresidenta se alinean.
La primera en la línea de sucesión regresará a la Gran Manzana en septiembre para representar -como ya lo hizo en 2017- al Presidente en la Asamblea General de Naciones Unidas. Si Macri es reelegido, ese podría ser su destino.
Michetti se imagina en un cargo diplomático de importancia en los Estados Unidos. El más probable sería precisamente la representación permanente de la Argentina ante la ONU, con el rango de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario. Hoy ese cargo lo ocupa un diplomático de carrera como Martín García Moritán.
Hasta el momento es solo una idea. Antes del cierre de listas, la vice había sonado como potencial reemplazante de Paula Bertol, si la embajadora argentina ante la Organización de Estados Americanos (OEA) cambiaba Washington por el Senado. Ese destino, aunque improbable, no estaría del todo descartado. En el entorno de la vicepresidenta, que es licenciada en relaciones internacionales, afirman que de ninguna manera aceptaría un cargo en la diplomacia bilateral. Michetti y Macri ya hablaron al respecto, según fuentes oficiales.
Con el Jefe de Estado de gira en Indonesia y Japón, Michetti ejerce por estas horas y hasta el domingo la presidencia. Con la campaña a cuestas, esa situación prácticamente no se volverá a repetir. Mucho menos con el dato no menor de la ausencia de Marcos Peña. El jefe de Gabinete no suele viajar con el Presidente, pero esta vez aprovechó para viajar a China y desde allí sumarse a la comitiva presidencial.
Michetti cree que el ámbito internacional es uno de sus legados como vicepresidenta. Macri le ordenó que viajara en su representación para preparar el terreno para abrir mercados. Suma kilómetros en Oriente Medio, Asia y Canadá, entre muchos otros destinos, pero sus allegados afirman que Pichetto ya se habría reservado ese rol para un hipotético segundo mandato.
También consideran que podría seguir teniendo influencia en dos de sus principales aportes a la gestión de Macri: la creación de la agencia nacional de discapacidad, que ahora depende de la secretaría General de Presidencia (y la llevó recientemente a Nueva York) y el programa de artesanado, que la vice impulsó.
Michetti también toma envión para la campaña. No sacará los pies del plato. En 2015 y 2017 fue una de las dirigentes que más viajó por las provincias. Ahora podría acompañar al Presidente y a su reemplazante en la fórmula presidencial para las recorridas.
Por sus años en el Senado, la vice y Pichetto construyeron una relación de respeto mutuo que incluye algunas chicanas, referidas al orden religioso. Michetti es muy religiosa; el senador por Río Negro, muy anticlerical.
La fluidez del diálogo entre ambos colaboró para que durante la presidencia de Michetti de la Cámara Alta, cerca de 3500 empleados -de una planta de 7 mil- fueran despedidos.
La vicepresidenta había reclamado junto a su amigo Ernesto Sanz y a los representantes de la "pata política" la apertura política del Gobierno, que ahora llegó por lo menos a la fórmula.
Los funcionarios más cercanos a Michetti cuentan que cuando el Presidente la llamó con la novedad, se pareció más a una suerte de autorización que a la comunicación de una decisión tomada. Ambos volvieron a conversar y a reírse sobre lo mismo el lunes de la semana pasada en Olivos. Se conocen de memoria. Tras las llamada de Macri, Michetti se comunicó con Pichetto.
Cuatro días antes de que fuera ungido Pichetto, Peña había dicho que Michetti podría ser la candidata. Era en rigor, la preferida del Presidente en condiciones normales. Por algo, la llama "hermanita". El entorno del jefe de Gabinete le reconoció la lealtad a la vice, pero facturó por lo bajo cada uno de sus deslices comunicacionales.
Michetti hace 4 años no se imaginaba como vicepresidenta. Incluso desafió la voluntad de su amigo y ahora Presidente para competir por la Ciudad y perder contra Horacio Rodríguez Larreta. El "hermano del alma" de Macri, Nicolás Caputo, que la aprecia, inclinó la balanza a su favor y en detrimento de Peña. En el círculo de Michetti, que al principio no quería ese cargo "por aburrido", consideran que la vice logró re-institucionalizar el rol, a la manera "estadounidense" y con agenda propia. Ahora, miran al norte. Pero primero Macri tiene que ganar las elecciones.