¡Arde Tele!
El funeral de "Goldie" Legrand: sin Mirtha, cortejo fúnebre ni coronas por el protocolo sanitario
Los restos de Silvia Legrand encontraron su morada eterna en el cementerio Memorial, de Pilar.
Anoche, Silvia "Goldie" Legrand, hermana melliza de Mirtha, murió a los 93 años. Hoy sus restos fueron despedidos por su yerno y su nieto sin cortejo fúnebre, ni coronas por el protocolo sanitario que rige por la pandemia obligó a que la despedida de la hermana gemela de la diva se realizara casi en soledad, en el cementerio Memorial de Pilar.
Los restos de Silvia Legrand encontraron su morada eterna en el cementerio Memorial, de Pilar. Y su hermana gemela, Mirtha Legrand -su adorada Chiquita- no pudo estar allí. Tampoco su sobrina, Marcela Tinayre, ni sus hijos, Juan y Nacho Viale. Lo mismo sucedió con el resto de su familia. Y con los amigos que tanto la querían, como Susana Giménez (“Eramos familia", contó ayer, desolada). En un mediodía de otoño en los que por momentos asomó el sol, una hermosa alegoría para quien tanta luz brindó a quienes tuvieron el enorme privilegio de conocerla, esta mujer de mirada y gesto amables fue despedida con un puñado de testigos, como los empleados de la cochería, empleando barbijos y antiparras protectoras.
En un momento, uno de los hombres tomó un teléfono celular. Y junto al cajón, realizó una videollamada. Se desconoce quién se encontraba del otro lado. Tal vez las hijas de Goldy, Gloria y Mónica. Puede ser Mirtha. O quizás, la familia completa, participando de esa despedida virtual, una de las pocas alternativas que nos brinda esta época regida por el desamparo.
Los restos de Silvia Legrand encontraron su morada eterna en el cementerio Memorial, de Pilar. Y su hermana gemela, Mirtha Legrand -su adorada Chiquita- no pudo estar allí. Tampoco su sobrina, Marcela Tinayre, ni sus hijos, Juan y Nacho Viale. Lo mismo sucedió con el resto de su familia. Y con los amigos que tanto la querían, como Susana Giménez (“Eramos familia", contó ayer, desolada). En un mediodía de otoño en los que por momentos asomó el sol, una hermosa alegoría para quien tanta luz brindó a quienes tuvieron el enorme privilegio de conocerla, esta mujer de mirada y gesto amables fue despedida con un puñado de testigos, como los empleados de la cochería, empleando barbijos y antiparras protectoras.
En un momento, uno de los hombres tomó un teléfono celular. Y junto al cajón, realizó una videollamada. Se desconoce quién se encontraba del otro lado. Tal vez las hijas de Goldy, Gloria y Mónica. Puede ser Mirtha. O quizás, la familia completa, participando de esa despedida virtual, una de las pocas alternativas que nos brinda esta época regida por el desamparo.
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