El Fondo Monetario Internacional apoyó los esfuerzos de Silvina Batakis para bajar el déficit
La ministra se reunió con Kristalina Georgieva y los técnicos del organismo. Antes el principal asesor del Tesoro de EE.UU. le preguntó cómo piensa cumplir con las metas del acuerdo con el Fondo.
Silvina Batakis tuvo ayer su debut en Washington como ministra de Economía con reuniones clave en el Tesoro y un encuentro con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, que dijo que mantuvieron una reunión “productiva” y remarcó los “esfuerzos iniciales” de la funcionaria argentina para bajar el déficit fiscal.
Batakis se reunió este lunes en Washington con la jefa del Fondo en la sede del organismo, a donde llegó acompañada de su vice Karina Angeletti, el embajador Jorge Argüello y el jefe de Cancillería en la embajada, Adrián Nador. Sergio Chodos, representante argentino ante el Fondo, quedó en Buenos Aires.
“Otro encuentro productivo con la ministra @sbatakis”, tuiteó Georgieva tras la reunión. “Damos la bienvenida a sus esfuerzos iniciales para fortalecer la sustentabilidad fiscal y acordamos en la importancia de una decisiva implementación del programa para enfrentar los desafíos económicos y sociales de Argentina”.
Desde Economía dijeron escuetamente que las autoridades del Fondo “mostraron su interés por conocer de primera mano la situación macroeconómica argentina, en medio del actual contexto global derivado de la guerra en Ucrania e intercambiaron visiones sobre los desafíos económicos y sociales de la Argentina”.
El encuentro entre ambas se produjo luego de que Batakis visitara al asesor de la secretaria del Tesoro, David Lipton, y otros altos funcionarios de ese departamento como Michael Kaplan y Andy Baukol.
En el Tesoro quisieron saber cómo la Argentina piensa cumplir con las metas del programa con el Fondo y los desafíos de la economía argentina, cuando el dólar y la inflación se disparan, el gasto público no baja y las reservas se agotan.
La ministra buscó explicarles que el Gobierno está comprometido con las metas generales de acuerdo, pero que se precisa cierta flexibilidad por el contexto internacional. Si bien el panorama mundial está trastocado por la guerra en Ucrania, nadie ignora las particularidades intrínsecas de la crisis argentina.
Lipton escuchó los argumentos de Batakis, pero seguramente con cierta desconfianza. El conoce de cerca el caso argentino ya que era el segundo de Christine Lagarde cuando el Fondo otorgó a nuestro país el mayor préstamo de la historia, en 2018, que naufragó luego y terminó siendo renegociado por el ministro Martín Guzmán.
Batakis luego se reunió con Georgieva, un primer encuentro cara a cara en la sede del Fondo y luego mantuvo un almuerzo de trabajo con el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Ilan Goldfajn, su vice Julie Kozack y el jefe de misión para la Argentina, Luis Cubeddu para ver los detalles de la implementación del programa que el FMI desea que se complete tal como fue pactado.
El programa contempla una reducción del déficit fiscal de hasta el 2,5 % del PBI en 2022, una contracción de la asistencia monetaria al Tesoro hasta el 1 % del PBI y un incremento de las reservas internacionales netas de 5.800 millones de dólares este año.
En su tuit, Georgieva enfatizó los “esfuerzos iniciales” de la ministra para contener el déficit, algo que muchos expertos ponen en duda, en momentos de baja recaudación, presiones salariales por la inflación y crisis económica.
La baja expectativa de que las metas del acuerdo se cumplan, entre varios motivos, alimentaron las turbulencias financieras en Buenos Aires, mientras que en el Gobierno esperaban los resultado de la conversación de Batakis con los funcionarios del FMI para tomar medidas.
Después de que Batakis asumiera, Georgieva dijo que el FMI seguía comprometido en la recuperación de la economía argentina, pero recalcó que el entorno para la implementación del programa era “muy desafiante”. Luego manifestó que se requerirían “acciones dolorosas” para que las metas se cumplieran.
Batakis se preocupó enseguida por señalar de que continuaría con el programa y que los objetivos allí establecidos se cumplirían y, sobre todo, resaltó que el ajuste fiscal comprometido con el FMI se concretaría, aunque aclaró que el acuerdo sufriría “algunas modificaciones porque el mundo está cambiando”.
Pero, más allá de la guerra en Ucrania y el contexto internacional, la crisis en Argentina se agudiza. En el informe que el staff técnico elevó al board en la última revisión, ya se advertía sobre riesgos “muy agudos” y alertaba sobre un “entorno político, social y económico muy complejo”.
La Argentina, además, tiene que enfrentar un serio problema de credibilidad que existe en Washington y Wall Street con el gobierno de Alberto Fernández, pero sobre todo con la vicepresidenta Cristina Kirchner y el kirchnerismo en sí, que ha rechazado el acuerdo con el Fondo y busca expandir el gasto público.
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