El estrecho sendero del retorno al peronismo
La incógnita más fuerte para muchos peronistas después del rotundo triunfo de Cristina no se relaciona con el día que se elegirán autoridades a nivel municipal, provincial y nacional, sino con el día después; es decir cuando estén los números a la vista, los votos contados.
Éstos determinarán la reelección de la Presidenta pero también, lo saben, la de Urribarri.
Allí quedarán al desnudo las visiones o, si se quiere ser más pretencioso, las estrategias de aquellos que decidieron, detrás de Jorge Busti, irse del Peronismo. Algunos imaginan el escenario típico de brazos abiertos, otros auguran alguna temporada en el desierto y los más pesimistas piensan que de algunas cosas no se vuelve. Será por eso seguramente que un militante de mil batallas tarareaba la cueca de Villa Mercedes para describir el estrecho sendero para la vuelta al redil, y se condenaba: "de donde nunca debimos salir".
Pasada la elección primaria quedó una sensación de desasosiego de la que no resulta sencillo encontrar respuestas y menos salir; por eso con el correr de los días se conocieron, unos pocos a la luz del día y la mayoría subterráneos, numerosos contactos de los que ven que la nave no llega a puerto y se preguntan cómo sigue la película. ¿Sin nosotros? Si bien se puede entender a muchos dirigentes que por posicionamiento local tienen que jugar fuera del oficialismo, hay una creciente cantidad de referentes que ven –en carne propia– que la aventura del Peronismo Federal/Frente Entrerriano Federal era un "Arca", preparándose para "El Diluvio" que nunca llegó.
Para colmo, no encuentran en el discurso del candidato ningún anclaje a la realidad que les permita, aunque sea, desafiar al gobierno. Por lo bajo se repiten las quejas: nosotros hablamos de desequilibrio fiscal y de pagar los sueldos el 30 y cuando terminamos el acto ya se han vendido un auto y dos motos, la gente quiere disfrutar un buen momento económico y nosotros nos quedamos sin discurso vaticinando catástrofes.
El sendero del retorno tiene una geometría que se adaptará a varias cuestiones aún no resueltas; por ejemplo cuántos diputados obtienen las "fuerzas menores" a partir de la elección de 34 bancas, la conformación de los municipios luego de la elección y fundamentalmente la "voluntad" de Urribarri para ir al rescate. Por si fuera poco hay que mirar de reojo el almanaque para saber hasta cuándo hay tiempo; la mensajería en el peronismo ha superado cualquier moda y hoy trabaja full time, pero como todo tiene fecha de vencimiento.
Los que conocen al Gobernador insinúan que se viene una etapa de proyección de la política entrerriana, que necesitará la mayor cantidad de apoyo posible si pretende traccionar; también están los que señalan que aún resuenan muy fuerte frases como "la deformación trágica del peronismo", "obras virtuales" y un largo listado que Urribarri tiene guardado como archivo primario. Quedará para un ensayo la pregunta que se hacen muchos que se contagiaron del espíritu aventurero viendo la foto de Busti con Alasino, Reuteman, Rodríguez Saá, Duhalde, Das Neves, Felipe Solá, Ramón Puerta, Juan Carlos Romero y demás, en aquel lanzamiento del Peronismo Federal. ¿Qué estamos haciendo acá?
Algunos presienten que el camino del retorno es una calle angosta, como la canción, la de una vereda sola.