El empleo en la Ciudad de Buenos Aires
*Por Matías Barroetaveña. La política de empleo de una administración supone otorgarle un rol al Estado y no asumir que será el mercado quien resuelva todos los problemas.
Allí donde el mercado discrimina por edad, género, color de piel, lugar de residencia, discapacidad, antecedentes penales, capital social, y otras tantas razones, el Estado tiene políticas activas para igualar oportunidades.
Desde el gobierno nacional estas políticas han demandado la construcción de un sistema público de empleo que cuenta hoy con casi 350 oficinas de empleo en todo el país y su vinculación, con instituciones que asistan al autoempleo, con el sistema educativo y fundamentalmente con los empleadores del sector privado.
Sin embargo, la Ciudad de Buenos Aires, lejos de ser un motor para estas políticas ha sido un lastre que ha mantenido políticas regresivas. Ha implementado aumentos impositivos que limitan el consumo y una base de endeudamiento y déficit absolutamente contradictoria con el modelo nacional.
En términos laborales los habitantes de la ciudad se han beneficiado de los mismos avances que el resto del país, es decir, con la baja del desempleo, de la informalidad y del subempleo. Pero, si analizamos en detalle podemos ver que mientras la cantidad de ocupados a nivel nacional creció el 17%, en la Ciudad de Buenos Aires fue del 7% desde el 2003.
Dentro de los ocupados las poblaciones de la ciudad con mayor índice de pobreza son los no registrados y los cuentapropistas, llega al 22% frente al 5% de la nación.
La ampliación de la cobertura por jubilación y los aumentos jubilatorios pre y post movilidad tuvieron un fuerte impacto en la reducción de la pobreza en la ciudad,
En la ciudad, la desocupación entre los jóvenes duplica la del conjunto de la población. La situación fue atendida con el programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo que ya cuenta con casi 5.000 integrantes en la ciudad, que tienen entre 18 y 24 años de edad, que no estudian ni trabajan y que ahora son capacitados para buscar empleo y reinsertarlos en el sistema educativo. Para ellos se ofrece una amplia oferta de formación profesional con más de 60 instituciones porteñas de origen sindical, empresario o de la sociedad civil.
Y mientras desde la Nación se trabaja con respuestas específicas para cada problemática, el macrismo cree que la única política de empleo es la de dar incentivos a empresas para que se instalen, aunque en la mayoría de los casos se trate de mudanzas que generan un ahorro al empresario, lo que no necesariamente ello supone la creación de más empleos.