El empleo con luz roja
Hagamos un ejercicio de memoria sobre la última década para considerar que esta ocurriendo ahora con los niveles de empleo.
Nota extraída del diario "Cronista"
Cuando colapsa la convertibilidad a fines del 2001 también colapsa el empleo y se agiganta la desocupación, que trepa aceleradamente y cruza la barrera del 21 % de la población activa afectando a 3,3 millones de trabajadores.
Este cuadro incide directamente en el área social al hacer estallar los niveles de pobreza, que llegaron a afectar a la mitad de la población. Mayo del 2002 marca el hito del peor momento del empleo y la pobreza, pero rápidamente comienza a recuperarse el nivel de actividad productiva y consecuentemente comienzan a recuperarse parte de los empleos perdidos, es así como entre mayo del 2002 y mayo del 2003 se recuperan 1,4 millones de empleos en todo el país; lógicamente también comienza a disminuir la pobreza, particularmente la que no era estructural, sino que dependía coyunturalmente de la perdida del empleo.
Este positivo proceso de recuperación de niveles de empleo continua a lo largo de toda las administraciones Kirchner, y es así como el índice de empleo que, hacia el primer trimestre del año 2003 se ubicaba en un 36,7 por ciento de la población total (13,5 millones de puestos de trabajo) continúa creciendo, consolidando así el proceso iniciado un año antes a partir de mayo del 2002. Visto en perspectiva fue un notable proceso de recuperación económica acompañado por el fortalecimiento del mercado laboral, que generó condiciones para, no sólo recuperar niveles reales de salarios perdidos desde el colapso de la convertibilidad, sino también hacer posible mejoras reales y por encima de la inflación que reaparece a partir del 2006.
En este sentido lucen alentadoras las cifras de empleo, que surgen de la Encuesta de Hogares que publica el Indec, donde el tercer trimestre del 2011 parece ser el periodo estrella en este positivo proceso de creación de empleos. Según estas cifras las personas empleadas representaban el 43,4 % de la población total del país, es decir 17,6 millones de personas, con un nivel de desempleo de apenas 7,2%, menos de la mitad del desempleo vigente en mayo del 2003 (15,6 %). Pero en los últimos meses el escenario laboral ha comenzado a variar drásticamente. Se ha debilitado la demanda laboral, ya que en muchas áreas de las actividades surgen más oferentes de trabajo que demandantes con vacantes de empleo a cubrir, particularmente en el sector privado. Todo esto ha sido oficialmente confirmado por el Indec, que ha publicado sus cifras sobre la situación laboral correspondientes al primer trimestre de este año.
Estas cifras indican que el nivel de empleo se ha reducido desde el nivel del 43,4 % de la población activa, correspondiente como hemos dicho al tercer trimestre del año pasado, al 42,3 % al primer trimestre de este año, esto significa una perdida en el orden de los 350.000 puestos de trabajo.
Entre el primer trimestre del 2003 y el tercer trimestre del 2011 se crearon, según las cifras de la Encuesta de Hogares del Indec 4,1 millones de puestos laborales, y esto fue un logro notable. Pero desde fines del año pasado no solo no se generan mas oportunidades de empleo, sino que ya hay, como advierte el Indec, indicios concretos de un debilitamiento caracterizado no por un reducido crecimiento de la demanda de empleo sino por la aparición, por vez primera en la ultima década, de una nueva tendencia pero esta vez declinante o sea de perdida de puestos de trabajo.
Esta nueva amenaza a la generación de empleo no puede ser dejada de lado, o simplemente ignorada o disimulada con repetidas invocaciones superficialmente retoricas a lo que ya ocurrió en el pasado. Es necesario que el gobierno se entere de la realidad, asimile sus propias cifras y comprenda que no hay creación de empleos productivos sin inversiones que apunten al largo plazo.
Cuando colapsa la convertibilidad a fines del 2001 también colapsa el empleo y se agiganta la desocupación, que trepa aceleradamente y cruza la barrera del 21 % de la población activa afectando a 3,3 millones de trabajadores.
Este cuadro incide directamente en el área social al hacer estallar los niveles de pobreza, que llegaron a afectar a la mitad de la población. Mayo del 2002 marca el hito del peor momento del empleo y la pobreza, pero rápidamente comienza a recuperarse el nivel de actividad productiva y consecuentemente comienzan a recuperarse parte de los empleos perdidos, es así como entre mayo del 2002 y mayo del 2003 se recuperan 1,4 millones de empleos en todo el país; lógicamente también comienza a disminuir la pobreza, particularmente la que no era estructural, sino que dependía coyunturalmente de la perdida del empleo.
Este positivo proceso de recuperación de niveles de empleo continua a lo largo de toda las administraciones Kirchner, y es así como el índice de empleo que, hacia el primer trimestre del año 2003 se ubicaba en un 36,7 por ciento de la población total (13,5 millones de puestos de trabajo) continúa creciendo, consolidando así el proceso iniciado un año antes a partir de mayo del 2002. Visto en perspectiva fue un notable proceso de recuperación económica acompañado por el fortalecimiento del mercado laboral, que generó condiciones para, no sólo recuperar niveles reales de salarios perdidos desde el colapso de la convertibilidad, sino también hacer posible mejoras reales y por encima de la inflación que reaparece a partir del 2006.
En este sentido lucen alentadoras las cifras de empleo, que surgen de la Encuesta de Hogares que publica el Indec, donde el tercer trimestre del 2011 parece ser el periodo estrella en este positivo proceso de creación de empleos. Según estas cifras las personas empleadas representaban el 43,4 % de la población total del país, es decir 17,6 millones de personas, con un nivel de desempleo de apenas 7,2%, menos de la mitad del desempleo vigente en mayo del 2003 (15,6 %). Pero en los últimos meses el escenario laboral ha comenzado a variar drásticamente. Se ha debilitado la demanda laboral, ya que en muchas áreas de las actividades surgen más oferentes de trabajo que demandantes con vacantes de empleo a cubrir, particularmente en el sector privado. Todo esto ha sido oficialmente confirmado por el Indec, que ha publicado sus cifras sobre la situación laboral correspondientes al primer trimestre de este año.
Estas cifras indican que el nivel de empleo se ha reducido desde el nivel del 43,4 % de la población activa, correspondiente como hemos dicho al tercer trimestre del año pasado, al 42,3 % al primer trimestre de este año, esto significa una perdida en el orden de los 350.000 puestos de trabajo.
Entre el primer trimestre del 2003 y el tercer trimestre del 2011 se crearon, según las cifras de la Encuesta de Hogares del Indec 4,1 millones de puestos laborales, y esto fue un logro notable. Pero desde fines del año pasado no solo no se generan mas oportunidades de empleo, sino que ya hay, como advierte el Indec, indicios concretos de un debilitamiento caracterizado no por un reducido crecimiento de la demanda de empleo sino por la aparición, por vez primera en la ultima década, de una nueva tendencia pero esta vez declinante o sea de perdida de puestos de trabajo.
Esta nueva amenaza a la generación de empleo no puede ser dejada de lado, o simplemente ignorada o disimulada con repetidas invocaciones superficialmente retoricas a lo que ya ocurrió en el pasado. Es necesario que el gobierno se entere de la realidad, asimile sus propias cifras y comprenda que no hay creación de empleos productivos sin inversiones que apunten al largo plazo.