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El emocionante regreso de Céline Dion: cantó en la Torre Eiffel en la apertura de los JJOO París 2024

La artista canadiense reapareció en vivo tras anunciar que se retiraba de los escenarios por la enfermedad que padece y dejó a todos al borde de las lágrimas.

A cuatro años de su último show y un año y medio después de que se retirara de la vida pública como consecuencia del síndrome de la persona rígida, una enfermedad neurológica que provoca espasmos musculares, la legendaria cantante canadiense Celine Dion interpretó este viernes la célebre obra de Édith Piaf, Hymne à l'amour (Himno al amor), escrita para el amor de su vida, el boxeador Marcel Cerdan, desde la inmensa Torre Eiffel, que un rato antes había sido el epicentro de un magnífico show de luces. Fue el broche de oro, pese a la lluvia que no dio descanso, de una fastuosa e inolvidable ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024.

Segundos antes, la ex atleta Marie-José Perec y el judoca Teddy Riner encendieron el fuego del pebetero, un anillo de siete metros que se elevó en un globo aerostático de 30 metros de diámetro desde el jardín de las Tullerías. Fue la gran sorpresa de una secuencia memorable que se extendió durante cuatro horas y permitió recorrer historia, presente y futuro de Francia, con la capital y sus emblemáticos lugares como enorme y único escenario.

Zinedine Zidane, leyenda del fútbol francés, apareció en el estadio del Trocadero y avanzó con la antorcha por la pasarela entre gritos de 'Zizou', 'Zizou', y se acercó a un Rafael Nadal aparecido por arte de magia en el escenario ante el asombro de los asistentes.

El español se dirigió hacia el río Sena, donde lo esperaban en una lancha la también tenista estadounidense Serena Williams, la gimnasta rumana Nadia Comaneci y el atleta norteamericano Carl Lewis. Veinticinco medallas olímpicas en un mismo bote.

Nadal, el mejor tenista de la historia sobre el polvo de ladrillo parisino de Roland Garros -donde se coronó campeón en 14 ocasiones- había sido visto al principio de la ceremonia en un balcón de París siguiendo el espectáculo con su familia.

Pero el homenaje al tenis no había terminado. Cuando el barco llegó enfrente del Louvre, Amelie Mauresmo, plata olímpica en Atenas 2004, tomó la llama y corrió con ella hacia el museo. Allí se la pasó al ex basquetbolista Tony Paker y juntos corrieron por la explanada emblemática en busca de tres deportistas paralímpicos, Nantenin Keita, Alexis Hanquinquant y Marie-Amélie Le Fur.

El grupo fue creciendo con nombres notables de la historia del deporte francés hasta que llegó a las manos de Perec y de Riner, dos triples campeones olímpicos. Se acercaron al globo. El anillo de fuego prendió al instante. Y desde la Torre Eiffel, Céline Dion inundó la noche de París con su voz

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