El ejemplo de Messi
Bate récords y asombra al mundo sin perder la sencillez, la humildad y la contracción al trabajo
Tiene apenas 23 años, transita su séptima temporada en el Barcelona y continúa mejorando en su meteórica y formidable carrera. Impresiona su vigencia en el más alto nivel del fútbol mundial: accedió al podio de la FIFA en las últimas cuatro temporadas y fue elegido mejor jugador del mundo en 2009 y 2010.
Los 175 goles que lleva convertidos Lionel Messi sólo en el Barcelona muestran apenas una faceta de un jugador completo, dotado de un talento extraordinario. Da cuenta de ello con la conquista de cuatro ligas de España, dos champions leagues, un Mundial juvenil y una edición de los Juegos Olímpicos, entre otros títulos. Son, todos ellos, peldaños de un espíritu ganador que nunca se conforma y permanentemente se supera.
En la actual temporada lleva marcados 48 goles en partidos oficiales con el club catalán. Ha establecido un nuevo récord y ha superado su propia marca de la temporada anterior y la del brasileño Ronaldo en la temporada 1996/97. Le quedan al menos 10 partidos más para extender su presencia en la red y seguir haciendo historia.
Asimismo, Messi se convirtió en el máximo artillero en una temporada en el Camp Nou, superó la cantidad de dobletes convertidos y pulverizó otras marcas obtenidas en más de 100 años de historia del club español. Si sumamos a sus goles las 23 asistencias realizadas (lo que refleja su generosidad), el jugador argentino participó en 71 de los 136 goles convertidos por el Barcelona en el ciclo 2010/2011.
Es extraordinario. La mayoría de sus goles lleva su sello distintivo, sea eludiendo a varios rivales, sea definiendo con un toque exquisito, sea apareciendo en momentos decisivos.
En la cancha es valiente para encarar, para pedir siempre la pelota y para soportar las violentas infracciones que recibe de sus rivales. Es solidario con el equipo y valora a cada uno de sus compañeros, con quienes se abraza y disfruta cada conquista. Con el director técnico es obediente y disciplinado.
Fuera de la cancha, Messi es respetuoso, ubicado y no provoca escándalos. Las muchas críticas recibidas por algunos de sus desempeños con el seleccionado argentino no lo alentaron a formular ni una sola declaración fuera de lugar. No entra en polémicas y jamás ha levantado la voz, si no es para apoyar a sus compañeros. Nunca responde una provocación, siempre habla en la cancha con lo que mejor hace: jugar fútbol. Es muy agradecido con el Barcelona y su familia, y no se olvida de su origen y su entorno.
Los títulos, los goles, los premios, los elogios, el dinero y la fama no han logrado confundirlo ni hacerlo trastabillar.
Nuestro país está orgulloso de tener en sus filas a un verdadero embajador en los estadios del mundo. Es, para muchos, el mejor jugador del planeta, pero por sobre eso, un verdadero deportista y un ejemplo dentro y fuera de la cancha.