El eje del Pacífico
Por Andrés Oppenheimer* Aunque la cumbre del 3 de diciembre que creó una Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Venezuela generó grandes titulares, una reunión mucho menos publicitada realizada posteriormente por cinco países latinoamericanos de la costa del Pacífico tendrá un impacto mucho mayor sobre el futuro económico de una gran parte de la región.
A diferencia de la cumbre de la Celac, que se caracterizó por grandes declaraciones poéticas sobre la unidad regional pero no creó ningún mecanismo concreto de integración económica, la cumbre de la Alianza del Pacífico —formada por Chile, Perú, Colombia y México, con Panamá como observador - que se celebró en la ciudad mexicana de Mérida el 5 de diciembre produjo una serie de acuerdos concretos que podrían crear el bloque comercial más grande y ambicioso de la región.
Ya mismo, las exportaciones combinadas de los cuatro miembros de la Alianza del Pacífico son más grandes que las del bloque de países sudamericanos del Mercosur, liderado por Brasil y Argentina.
Los presidentes de México, Colombia, Chile y el ministro de Relaciones Exteriores de Perú —que representaba al presidente peruano Ollanta Humala, quien no participó en ninguna de las dos cumbres debido a una huelga en su país - acordaron en Mérida firmar un acuerdo el 4 de junio de 2012 en Chile con un cronograma concreto para liberalizar totalmente el flujo de bienes, servicios, personas y capitales entre los cuatro miembros del bloque.
Panamá y otros países centroamericanos podrían sumarse muy pronto, según funcionarios de los países integrantes.
Entre los acuerdos concretos sellados en la cumbre de la Alianza del Pacífico se cuentan: para el 4 de junio de 2012, los cuatro países miembros habrán acordado un plazo para la reducción gradual de tarifas aduaneras de bienes y servicios, con vistas a su eliminación total en 2020 o 2025. Los presidentes celebrarán tres "cumbres virtuales" cada dos meses, a partir de ahora y hasta junio de 2012, para acelerar las negociaciones.
Para la misma fecha, los cuatro países acordarán un plazo para la eliminación de reglas de origen entre los miembros del bloque, algo que de hecho permitiría a los exportadores enviar productos a otros países miembros sin ningún papeleo burocrático, como si estuvieran enviando mercaderías dentro de su propio país.
Creación de una bolsa de valores conjunta. Chile, Perú y Colombia ya han lanzado su bolsa de valores común, conocida como Mercado Integrado Latinoamericano, o Mila, México firmó una carta de intención para unirse al Mila.
Creación de oficinas conjuntas de promoción de exportaciones en el exterior para ahorrar costos y ampliar los destinos.
Actualmente, las respectivas oficinas de promoción comercial de los cuatro países participan en menos del 2 por ciento de las ferias comerciales en China, según me explicaron funcionarios mexicanos y colombianos. Al aunar sus operaciones, podrán participar en muchas más ferias comerciales, y ofrecer paquetes conjuntos de exportaciones capaces de satisfacer los requerimientos de volumen del mercado chino.
Creación de una visa común que permitirá a los empresarios de los cuatro países, y eventualmente a profesionales y turistas, viajar sin visa dentro de los países miembros de la Alianza.
"La forma en que se está haciendo la Alianza apunta a que sea el más profundo y más ambicioso de todos los bloques comerciales latinoamericanos", me dijo en una entrevista telefónica Sergio Diazgranados, el ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia.
Mi opinión: los países latinoamericanos del Pacífico, todos los cuales —salvo Ecuador— tienen acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, intentan constituir un bloque comercial que pueda servir de plataforma para que las empresas asiáticas exporten productos a Estados Unidos y Canadá, y a convertirse en un puente entre Asia y las Américas.
Al mismo tiempo, los miembros de la Alianza del Pacífico quieren usar el nuevo bloque como contrapeso de la creciente influencia de Brasil en Latinoamérica. México, que ha perdido gran parte de su influencia en Latinoamérica en años recientes, quiere recuperarla convirtiéndose en el protagonista más importante del nuevo grupo del Pacífico.
Sea cual fuere el destino último de la Alianza del Pacífico, me resultó muy revelador que mientras la cumbre de la Alianza contó con la presencia de los presidentes y de sus respectivos ministros de Economía y de Comercio, la cumbre de la Celac solo incluyó a los presidentes y a sus ministros de Relaciones Exteriores. Los ministros de Economía y Comercio se quedaron en casa durante la cumbre de la Celac.
No resulta de extrañar, entonces, que la cumbre de la Alianza del Pacífico haya logrado acuerdos concretos que - si se implementan como está planeado - significarán un enorme avance en la integración económica, mientras que la cumbre de la Celac sólo produjo teatro político y más discursos llenos de retórica vacía.