El drama de Carolina Oltra
La modelo confesó detalles nunca antes conocidos de su vida familiar y reveló sobre su desgarradora búsqueda. Entrá en Diarioveloz.com y conocé su historia.
Carolina Oltra contó a Pronto, que perdió a su padre, el piloto de automovilismo Silvio Oltra, en el confunso accidente en el que cayó el helicóptero donde viajaba también Carlos Menem Junior en marzo de 1995. Al mes de la tragedia, la mujer de Oltra, Carla Currone dio a luz al hermanastro de la modelo Silvio Matko, pero ella nunca lo pudo ver.
"Es un tema familiar muy complicado, que mantuve en secreto durante todos estos años. Cada vez que me preguntaban por mi familia, respondían que tenía una sola hermana, Sofi, porque el tema me avergonzaba. Pero ahora, comprendí que no tengo que ocultarlo. Ya es hora de contar la verdad", disparó. Y agregó:
"Mis papás se separaron cuando yo tenía dos años, y cada cual después formó pareja. Mi viejo se puso de novia con una chica, y cuando papá se murió, ella estaba embarazada de ocho meses. Sé que tengo un hermano pero no lo conozco".
Asimismo, la modelo y actriz sostuvo que desconoce la causa por la cual nunca pudieron conocerse: "El año pasado lo rastreé y lo encontré por Facebook. Le escribí un mensaje, intenté conocerlo, mi hermano demostró tener interés y ganas de encontrarnos, pero nunca pudimos concretar. De un momento para el otro se borró todo, estoy ciento por ciento convencida de que claramente no me borró mi hermano sino otra persona. Estoy segura de que me quería conocer, estaba tan entusiasmado como yo".
Y reveló que cree que fue la ex de su papá la que prohibió el encuentro: "Supongo que la que lo impide es la ex de mi papá, pero no la voy a nombrar. Nunca lo hablé al asunto porque quiero preservarlo".
Sobre la pérdida de su papá contó: "Es inevitable no extrañarlo. Papá falleció hace 16 años cuando yo tenía 10, y sé que lo voy a extrañar de por vida. Es una herida que jamás va a sanar. Con el tiempo aprendí que la cura radica en la aceptación. Hay que aceptar la situación, liberar y dejar en paz. Aunque suene fácil, no lo es, me llevó muchos años de terapia asumirlo.
Y agregó: "Así y todo, cada día de mi vida pienso en mi papá y lo extraño horrores. Lloro mucho porque me encantaría tenerlo conmigo, y que conozca a su nieta. Calculo que me hubiera muerto de risa con verle la cara cuando la nena le hubiese dicho `abuelo´".
"Desde que fui mamá. Aprendí a aceptar su ausencia, y me cuesta menos la falta de mi padre. Me acostumbré a vivir sin él, pero reconozco que mi adolescencia fue terrible sin papá. Nadie está preparado para la muerte de sus padres y no te podría decir que a los 40 es más fácil soportarlo que cuando sos un niño. Si no hubiese tenido a mi mamá conteniéndome, no habría sobrevivido", concluyó.