El dólar perforó el piso de flotación y el Banco Central salió a comprar
Las tasas altas y la mayor oferta lo mantendría en ese nivel, aunque crece el riesgo de dolarización por las elecciones.
Este jueves por segunda vez en la era Sandleris el dólar cruzó la zona de no intervención. Con la divisa por debajo de la banda a nivel mayorista se abre el espacio para que el Banco Central salga a comprar hasta US$ 50 millones diarios. Para los analistas hay buenas probabilidades de que el dólar se mantenga cerca del piso al menos hasta marzo.
A partir de ahí dependerá de cuatro factores: la persistencia de una política monetaria hiperrestrictiva, el contexto internacional, la perspectiva del ingreso de dólares frescos a través de la cosecha y de las operaciones del Tesoro y el incremento de la dolarización al ritmo del calendario electoral.
"Ni loco compro dólares en estos momentos" había dicho Guido Sandleris a fines de septiembre cuando acababa de asumir como presidente del Banco Central y el dólar llegaba a $ 41,89. Tres meses después la apuesta parece haber dado resultado: en los meses siguientes la divisa osciló en torno a $ 38 a nivel minorista.
Hay varios factores que empujan el dólar hacia abajo. Uno es el "efecto Brasil". Guido Lorenzo, del consultora LCG, apunta que "la apreciación del peso coincide con la victoria de Jair Bolsonaro. Cuando el flamante presidente empezó a anunciar sus reformas con medidas pro mercado se recuperaron los títulos en Brasil y en Argentina entraron dólares financieros. Hubo una nueva oleada de optimismo sobre la región".
Lorenzo señala que "el mercado se mueve por expectativas de cortísimo plazo. Si esperan que haya calma no hay incentivos para comprar por parte de los grandes jugadores, mientras que la demanda minorista está condicionada porque los ingresos reales cayeron".
"El dólar se mueve en el piso porque la política monetaria es muy dura", dice Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina. "La tasa es muy alta y encima el Banco Central se impuso metas más estrictas que las que había en el acuerdo con el FMI. Además se comprometió a intervenir de una manera más blanda. Antes el compromiso era que podía intervenir con US$ 150 millones cuando el dólar estuviera por arriba o por abajo de la banda y ahora ese límite se pasó a US$ 50 millones diarios".
Para Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, desde que hace tres meses se puso en marcha esta política cambiaria "ha sido más la regla que la excepción que el dólar esté cerca del piso. Espero que siga cerca del piso, depende mucho de que el contexto internacional acompañe y de que la cosecha sea buena, tal como se espera".
Se vienen los agrodólares
Para los próximos meses las expectativas están puestas en la campaña electoral y en el ingreso de dólares al país. Las divisas deberían llegar principalmente de la mano del campo, con una cosecha que promete rozar los US$ 30.000 millones. Pero algunos advierten que el Gobierno no debería frotarse las manos aún. "Hay que ver si los dólares de la cosecha se liquidan", dice Sigaut Gravina.
"El problema de la cosecha es que va a venir justo cuando empiezan las turbulencias electorales. La liquidación va a ocurrir cuando las cerealeras lo dispongan porque no tienen la obligación de liquidar en un determinado plazo. Eso puede ser un tema a monitorear".
"Una parte de los dólares los van a liquidar porque va a ser necesario para cubrir el capital de trabajo", asegura Lorenzo. "Si los exportadores ven que la situación no es favorable van a preferir quedarse con los dólares. La aversión al riesgo le quita dinamismo al mercado cambiario". Lorenzo remarca que habrá otra vía de ingreso de dólares. "Va a haber un oferente que es el Tesoro, que en algún momento hará licitaciones. Si esto coincide con el pico de la demanda puede ser que la presión no sea tan fuerte".
En ese sentido, el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, dijo en declaraciones a Infobae que "el Tesoro saldrá a vender unos US$ 10.000 millones a partir de abril". El funcionario indicó que "está por verse de qué forma se llevará adelante. Podrían ser ventas al Central, si es que es sencillo luego esterilizar, o si no directamente a través de subastas como las efectuadas el año pasado. Queremos influir lo menos posible en el mercado cambiario. Para el Gobierno es importante la estabilidad cambiaria, evitar nuevos sobresaltos del dólar".
Sigaut Gravina considera que "la situación sería más estable si el tipo de cambio estuviera en el medio de la banda. El problema es que entre el piso y el techo hay una fluctuación del 30%. El Central optó por hacer que las tasas bajen más lento y el dólar esté en el piso porque prioriza la estabilidad y que baje la inflación. El riesgo es que el éxito de hoy en controlar al dólar sea el traspaso de mañana".
Lorenzo plantea que "en marzo se podrá configurar un mercado cambiario un poco distinto. Hay que ver si hay algún contagio de la política a la economía, nadie puede asegurar que haya un salto del dólar en marzo, pero con las elecciones la dolarización aumenta y esto puede generar presión. Aunque también es posible que las tasas altas alcancen para contener esa presión. Veo dificultad en que estas tasas bajen. Van a seguir por encima del 50% todo el año".
Para Caamaño, "el riesgo político va a empezar a influir después de Semana Santa".