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El dictamen judicial lo dejó duro

Fue como un déjà vu pero esta vez dentro de una instancia judicial que lo tenía como presunta víctima de la negligencia médica.

La desafortunada historia de Daniel Metzgar comenzó en 2009 cuando decidió someterse a un tratamiento médico para solucionar un problema de disfunción eréctil provocado por su padecimiento de diabetes. Según parece, el remedio fue peor que la enfermedad puesto que Daniel quedó 8 meses con su pene erecto sin poder revertir la situación durante todo ese tiempo.

Metzgar recurrió a los servicios del Dr. Thomas J. Desperito en diciembre de ese año y mediante una cirugía de "implante de pene de tipo hidráulico de tres componentes" le fueron implantados: cilindros inflables dentro del cuerpo del pene, un depósito de líquido debajo de la pared abdominal y una bomba dentro de su escroto. La operación pareció ser un éxito y de tal magnitud que el paciente tuvo la deseada erección, firme y completa, pero tan duradera que se transformó en un nuevo problema. No era fácil andar por la vida de esa manera y ser el blanco continuo de bromas por parte de familiares y amigos.


Convencido de que esta situación era producto de la negligencia médica, Metzgar denunció a su médico ante los tribunales de Delaware, EE.UU. Tras el juicio, el demandante recibió un nuevo y duro revés puesto que el profesional fue declarado inocente y además de todos los problemas que Metzgar tuvo que sobrellevar, tampoco recuperará los US$10.000 que invirtió para recuperar su erección.