El día en que la Tierra se apagó
En 135 países, Argentina inclusive, se respetó la consigna contra el cambio climático y varias ciudades apagaron sus luces durante 60 minutos, conocida como la hora del planeta.
A esa hora las principales ciudades del mundo apagan sus monumentos más emblemáticos para acompañar una campaña fomentada por la organización ecologista Fondo Mundial para la Naturaleza (WMF). En Capital Federal se realizarán actividades que tendrán como epicentro el Planetario Galileo Galilei, donde cantará Kevin Johansen. También en otras ciudades del interior del país habrá actividades múltiples.
La Hora del Planeta comenzó en 2007 en la ciudad australiana de Sidney como una iniciativa local y puntual y terminó convirtiéndose en una cita anual y global a la que también se unen millones de ciudadanos de todo el mundo. Monumentos emblemáticos para el turismo mundial, como la Gran Muralla china, el Partenón de Atenas, la Sagrada Familia de Barcelona y hasta el mismo Obelisco de Buenos Aires, han quedado hoy a oscuras durante 60 minutos para sumarse a la Hora del Planeta.
Esta iniciativa, a la que se han unido 135 países, nace de la organización WWF (World Wildlife Fund) que, desde hace seis años, se celebra en defensa del planeta y se ha convertido en la acción voluntaria por el medio ambiente más grande del mundo.
Nueva Zelanda y Australia fueron los países que dieron el pistoletazo de salida a esta campaña. En Auckland, el emblemático Sky Tower, el edificio más alto de esta metrópolis neozelandesa, quedó a oscuras durante el apagón planetario, así como el Parlamento Nacional de Wellington.
En la ciudad neozelandesa de Tauranga se celebró un concierto a la luz de las velas para recordar el esfuerzo de sus ciudadanos en la limpieza tras el naufragio del buque carguero Rena, que en octubre pasado causó una catástrofe ecológica al derramar más de 300 toneladas de combustible.
En China, las luces que iluminan cada noche el tramo de la milenaria Gran Muralla cercano a Pekín se apagaron hoy durante 60 minutos, en una iniciativa a la que se sumaron unas 120 ciudades más del país asiático. Shanghái hizo lo propio con el recinto de la Expo 2010 y algunos de sus emblemáticos rascacielos, al igual que Hong Kong con su "skyline" de la bahía.
También en la India, sus monumentos más importantes quedaron a oscuras para acompañar esta iniciativa. En Nueva Delhi, se han oscurecido la residencia presidencial, el Rashtrapati Bhavan, la Puerta de la India y el histórico Fuerte Rojo; y en Bombay lo han hecho la estación ferroviaria de Chhatrapati Shivaji y la India Gateway, el famoso arco de la ciudad.
Una de las acciones centrales en España ha tenido lugar frente al Palacio Real de Madrid, donde más de 500 personas han formado un mosaico humano en forma de oso panda gigante, el logo del WWF que es la ONG que promueve esta iniciativa mundial.
A esta acción ecológica, que se lleva a cabo en España por sexto año consecutivo, también quedaron teñidos por la oscuridad lugares destacados como la Sagrada Familia de Barcelona, el Palacio Real de Madrid, la Alhambra de Granada, la Torre del Oro de Sevilla, la Mezquita de Córdoba, el Acueducto de Segovia o la Muralla de Ávila.
En Grecia, la monumental Acrópolis de Atenas, coronada por el famoso Partenón de la diosa Atenea, apagó sus luces, igual que otros edificios de la capital como el Parlamento, el célebre Hotel Grand Bretagne de la Plaza Syntagma y todos los edificios municipales del Ayuntamiento.
La Torre Eiffel, el Arco de Triunfo y la catedral de Notre Dame se apagaron en París, si bien la primera solo lo hizo durante cinco minutos por razones de seguridad. Puentes, fuentes, plazas parisinas, las Òperas de Bastilla y Garnier, así como el histórico estadio deportivo del Parc des Princes y el Museo del Louvre se unieron al apagón.
En Londres permanecieron a oscuras una hora desde el palacio de Buckingham hasta el reloj Big Ben, pasando por la catedral de San Pablo y el castillo escocés de Edimburgo.
También Portugal se sumó a la iniciativa y en Sintra, el majestuoso conjunto de palacios de Pena y Montserrat declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2000, apagó las luces exteriores de sus monumentos, como otros tantos de la capital lisboeta y de otras ciudades lusas.
En Estambul este año hubo un eco mayor que en anteriores ocasiones, ya que se apagaron los focos de la fachada de la antigua iglesia bizantina Santa Sofía, la Torre de Gálata y los palacios otomanos de Dolmabahçe, Beylerbey y Küçüksu, todos a orillas del Bósforo.
Viena, Budapest y Praga, las tres grandes capitales de lo que fue el Imperio Austro-Húngaro, también se han unido a la campaña dejando a oscuras sus principales símbolos urbanos.
En Austria, quedaron sin luz el Ayuntamiento de Viena, el palacio de Schönbrunn, las sedes del Gobierno y la presidencia situadas en el antiguo Palacio Real (Hofburg); además del "tejadito dorado" de Innsbruck, o el casco histórico de Salzburgo, ciudad natal de Wolfgang Amadeus Mozart.
Mientras, en Hungría, los grandes puentes a través del Danubio en Budapest se quedaron sin sus tradicionales luces, al igual que el Castillo Real y el Parlamento. En la República Checa, Praga participó por primera vez en esta iniciativa, con lo que quedaron a oscuras el famoso Puente de Carlos y la fortaleza de Vysehrad, entre otros lugares destacados.