El día después: el lunes 28 se mostrará explícitamente la desnudez de las desavenencias
Por Ricardo Rouvier. El testimonio del mayor decepción del gobierno es que termina aplicando políticas contrarias a su filosofía económica.
La elección se va a realizar en un momento delicado, otro más, de la situación socioeconómica del país. En los bordes del default, en momentos en que se produce la mayor dominancia del FMI sobre la política económica nacional, vamos a transitar el final de un ciclo, corto pero ciclo al fin, de una alternativa fracasada al peronismo. El testimonio del mayor decepción del gobierno es que termina aplicando políticas contrarias a su filosofía económica.
El 27 consagrará una nueva vuelta de tuerca que ejercerá el panperonismo sobre la sociedad nacional, generando una renovada esperanza, en este caso, una esperanza resarcitoria de un nivel de vida perdido. Surgen interrogantes sobre el futuro de la alianza que preparó el final del kichnerismo en el 2015, anticipando que el lunes 28 se mostrará más explícitamente la desnudez de las desavenencias. Es posible pensar que la UCR querrá replantear la configuración opositora, sin poder anticipar la hondura de las heridas de la interna que sobrevendrá. Se incrementa el número de radicales, no solamente el sector alfonsinista, que miran con simpatía el discurso de Alberto Fernández.
Por otro lado, en el día después se comenzará a observar con mayor aproximación el encuentro entre el discurso de campaña del ganador y la prepotente realidad. La transición hasta el 10 de diciembre será muy larga y estará dominada por la necesidad de restaurar la mesa de negociaciones con los acreedores. Mientras tanto se definirá el próximo gabinete y veremos más claro cómo se reparte el poder gubernamental entre los socios del Frente. Habrá un acuerdo económico y social, que es imprescindible, y que debería ser respaldado por una alianza política superior al frente electoral.
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