El Día del Juicio Final que nunca llega
Desde tiempos inmemoriales se viene anunciando el fin del mundo, pero hasta ahora todos los pronósticos fallaron inexorablemente.
Algunos asocian el Apocalipsis con el fin del universo (o del mundo) y con un juicio llevado a cabo por un ser todopoderoso que vive fuera del universo y no ocupa espacio alguno. Los buenos serán recompensados por ser buenos y los malos van a ser castigados por ser malvados. Ya que la mayoría de la gente no es totalmente buena o mala, sino más bien una mezcla de bondad y maldad, no importa como uno defina estos términos: no lo intente porque se meterá en un lío. Los religiosos que pronostican el Fin del Mundo usualmente toman como referencia a un libro sagrado que contiene profecías un tanto crípticas sobre el final. Varios libros de la Biblia, por ejemplo, han sido fuente de especulación sobre el fin de los tiempos. Sin embargo, algunos "profetas" del Apocalipsis son menos tremendistas y solamente anuncian el fin del pueblo donde viven, no del todo del mundo.
Algunos de los apocalípticos más activos de nuestros tiempos son los seguidores de las religiones abrahámicas y creen que previamente al Día del Juicio Final va a tener lugar una gran batalla. Muchos cristianos creen que la guerra final va a ocurrir en el Armagedón, entre las fuerzas del bien, guiadas por el Dios de Abraham, y las fuerzas del mal, lideradas por Satán. Es probable que no se acepten meros observadores en el Armagedón, así que, lector, mejor vaya eligiendo a qué bando pertenecerá. Se espera que el Armagedón se lleve a cabo en la moderna Israel. Nadie sabe cómo miles de millones de personas cabrán en un lugar tan pequeño, pero estamos seguros de que los teólogos -seres capaces de explicarlo todo- ya habrán trabajado sobre el tema para satisfascer a los creyentes.
El Día del Juicio Final fue predicho muchísimas veces por muchísimos profetas. Obviamente, se equivocaron todos, sin excepción, lo cual hace que la probabilidad de que cualquier profecía de este tipo tenga chances de ser verdadera sea extremadamente baja. Algunos, como los Testigos de Jehová, se han equivocado tantas veces que han dejado de hacer predicciones, aunque nos advierten constantemente que el fin está cerca. Sin embargo, no hay que preocuparse: hay una enorme cantidad de personas que continúan gritando a los cuatro vientos que el fin está cerca, muy cerca. Un ejemplo de no hace muchos años es el de Michael Travesser, conocido también como Wayne Bent, que afirmó que era el Mesías y predijo que el final ocurriría en la medianoche del 31 de octubre de 2007. Si se hubiera producido, seguramente Ud. no estaría leyendo esta nota, por lo menos en este mundo.
Otro caso bastante reciente fue la predicción fallida del protestante Harold Camping, fallecido en 2013 (ver foto) -muy difundida por los medios de comunicación. Este hombre de 89 años, "experto" autodidacta en las sagradas escrituras anunciaba a sus seguidores que sus interpretaciones de la Biblia habían descubierto la verdadera fecha de el final: el 21 de mayo de 2011. Camping, que hizo fortunas promoviendo sus ideas religiosas en la Family Radio, gastó más de 100 millones de dólares en una campaña de publicidad que llegó a todo el mudo proclamando el Día del Juicio.
No todos los que afirman que saben cuándo llegará el Fin del Mundo están motivados por señales sobrenaturales. Algunos predicen una destrucción masiva que llegará a la Tierra cuando los planetas estén alineados de alguna manera. El 5 de febrero de 1962 fue uno de esos días, y videntes como la famosa Jeanne Dixon predijeron que ocurriría el final por ese entonces. También, el 10 de marzo de 1982, según John Gribbin y Stephen Plagemann, de acuerdo al libro "The Jupiter Effect" (El Efecto Júpiter), predijeron terremotos devastadores. Otro día crítico fue el 5 de mayo de 2000, donde hubo una alineación planetaria que supuestamente anunciaba la destrucción masiva. Richard Noone aprovechó el miedo de la gente para fijar esa fecha en su libro "5/5/2000 Ice: the Ultimate Disaster (5/5/2000 Hielo: el desastre final).
Extraterrestres y el Fin del Mundo
Los cultos que anunciaron el Fin del Mundo, a veces lo asociaron con los ovnis y los alienígenas, que llevarían a los creyentes a otro planeta mientras la Tierra era destruida. En los años 50 del siglo XX, Marian Keech lideró un culto de ese tipo. Cuando llegó el momento y el fin no se produjo y la nave ET no llegó para llevarlos a ningún lado, Keech les dijo a sus seguidores que su fe los había salvado tanto a ellos como al mundo. Buen intento, aunque se supone que no se sabe a qué fe se refería Keech, si a la de los creyentes en Dios o la de los mismos sobre la inminencia del final.
Sin embargo, no todos los cultos de este tipo terminan bien. Treinta y nueve miembros del culto extraterrestre conocido como "Heaven's Gate" (El Portal del Cielo) se suicidaron con el objetivo de prepararse para ser transportados en una nave hacia otro mundo. Por supuesto, había un líder que los llevó al desastre, Marshall Applewhite (foto).
David Morrison, científico del Instituto de Astrobiología de la NASA, respondió a aquellos que atemorizados por lo que los partidarios del Fin del Mundo dejaban en un sitio web patrocinado por la agencia espacial llamado "Pregunte a un astrobiólogo". Morrison recibió y contestó preguntas de todo tipo sobre fraudes en internet relacionados con el Apocalipsis. Cada vez que aparecía una predicción fatalista, mucha gente entraba online, extrañamente con alegría por el final. Como indica Morrison, algunos querían que terminara el mundo y se molestaban cuando leían que dicha catástrofe no iba a suceder.
Esta alegría provocada por el hecho de que llegaba el final es evidente en el entusiasmo juvenil exhibido por los miembros del culto "Strong City", y la fiesta que llevaron a cabo los seguidores de Joseph Kibweteere en Uganda antes de que fueran quemados luego de que el mundo no finalizara como había sido predicho, en la Nochebuena del año 2000. Las mismas muestras de miedo y alegría se vieron en la Europa medieval cuando se aproximaba el año 1000. Algunos cristianos, llamados milenaristas, son particularmente aficionados a los números redondos.
La conclusión es que la fascinación por el Día del Juicio Final, sigue estando presente, y las predicciones fallidas no hacen mella en los creyentes, lo cual hace las cosas más fáciles para los falsos profetas que se encargan de atemorizar a la gente, mientras desarrollan su propio negocio: el de la salvación.