El Día de San Valentín ya no es lo que era
La tecnología le robó el encanto a la que era la fecha más romántica del año.
El avance de la tecnología es sin dudas uno de los mayores logros para la humanidad. Se ahorra tiempo, la inmediatez está garantizada, se puede llegar a más personas con solo un clic y todo sin salir de casa. Ahora bien, ¿qué pasa con el amor? Precisamente, ¿qué pasa con el día de San Valentín?
Si bien ahora podemos pedir un regalo a través de una app o enviar una tarjeta virtual, se perdió algo que para quienes tuvimos la adolescencia entre los 90 y los 2000, era clave.
Somos la generación Y (aunque algunos pertenecen también a la X), somos los últimos ejemplares que llegamos a escribir cartas y a recibirlas, a encontrar un cartelito pegado en la puerta de nuestra casa, a dejar una notita en el parabrisas del auto.
Somos de las generaciones que grabábamos casettes con canciones de la radio rogando que el locutor no las "pisara" y debíamos quedarnos pegados al lado del equipo de música o del radiograbador para apretar "Rec/Play" en el momento exacto, porque si no había doble casetera, la edición era imposible. Todo para regalarle en San Valentín la música de la que era fan la persona que nos gustaba.
Las cartitas con colores y perfume. Stickers y un peluche. Las chicas de principios de los 2000 buscábamos desesperadas el papel que combinara a la perfección con el regalo que queríamos hacer ese 14 de febrero. Siempre procurábamos tener una cita. Y siempre éramos agasajadas. Los regalos no eran ni caros ni rebuscados. Un helado, la reciprocidad de un casette o de una cartita, un muñequito, una cadenita. Esos eran nuestros obsequios.
Todo se hacía, se compraba o se buscaba. No se enviaba por mail, por WhatsApp y mucho menos por app. Todo era distinto. Incluso el Día de San Valentín, que ya no es lo que era.
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