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El desgarrador relato de Fernando Lupiz sobre la trágica muerte de César Pierry: “Tuve partes de su mano en mi cara”

El actor habló sobre el terrible hecho ocurrido hace 30 años.


“Por favor, cortá acá”. Fernando Lupiz se quebró. No podía seguir la entrevista. Quería avanzar en su relato con TN Show, pero su voz se volvió temblorosa. Casi imperceptible. No le salían las palabras. “Es muy fuerte”, susurró, mientras apretaba la mano del cronista de esta nota con los ojos llorosos. “Tranquilo. Tomate el tiempo que sea”, le sugirió el camarógrafo. Lo hizo. Juntó coraje y continuó su relato.

“Tuve partes de César Pierry en mi cara”, recordó el actor, al repasar los dramáticos momentos que vivió hace 30 años cuando se desató una tragedia en un estudio de TV. Mientras grababan un episodio de Mi socio imposible, un ciclo que se iba a ver por Telefe, una bomba de humo explotó en la mano del protagonista y amigo de Lupiz. El incidente quedó registrado por las cámaras.

En el accidente ocurrido el 20 de julio de 1992, César Pierry sufrió heridas gravísimas. Lo internaron en el Hospital Británico y le hicieron cuatro operaciones reconstructivas en 19 días. De la última, que se extendió por casi 7 horas, no pudo salir. Murió la tarde del 29 de julio de 1992. Su pérdida dejó en shock a todo el ambiente artístico, al público y a sus familiares. Tenía 37 años y una carrera en ascenso.

César Pierry había nacido el 13 de mayo de 1955 en La Plata y, desde joven, su pasión fue el teatro. Es en el musical y la revista donde se destacó, antes de triunfar en la TV. Así pasó por diferentes elencos de obras como Sugar, Calígula, De aquí no me voy, El mago de Oz o Divas, muchas de ellas de Pepe Cibrián.

Luego, empezó a trabajar en televisión. Fue parte del staff de Matrimonios y algo más, el recordado ciclo de Hugo Moser. En ese elenco también actuó Fernando Lupiz con quien formó una de las duplas más recordadas de comienzos de los ‘90: la de la serie de acción y humor Detective de señoras.

“Cuando empezamos a grabar con César Pierry, era lo más grande que le puede pasar a un actor cuando protagoniza algo. Lo cuidábamos como si fuera una joyita y le dábamos todo a los que venían porque cada capítulo siempre cambiábamos de actores”, recordó Lupiz, sobre la dinámica de trabajo en el ciclo del entonces Canal 13 (ahora eltrece) que iba los martes a las 22.

La serie tenía una manera diferente de hacerse: cuatro veces por semana, exteriores, una vez, estudio. Esa forma era distinta, hasta ese momento, en cualquier ciclo que hubiera al aire. Haciendo arqueología televisiva, Detective de señoras fue una de las primeras series de TV en producirse al estilo de una extranjera. En el presente, el streaming realiza sus ciclos de una manera similar.

Había una razón para hacerla de este modo. “Nació para venderse a Europa. Había ciertos requisitos, como que hubiera mucho exterior. Había cosas nuevas que no se veían tanto, como los tiroteos, las peleas, los autos, los choques. Todo eso junto, se tenía que hacer durante varios días en exteriores”, explicó Lupiz.

El resultado fue un éxito arrasador que convirtió a Lupiz y a Pierry en dos estrellas del prime time de la televisión. El ciclo tenía un rating de más de 20 puntos, que se conseguía con una historia que tenía acción, entretenimiento, humor y picaresca, una combinación que en esos años, funcionaba bien en la TV. A la vez, sumaban estrellas invitadas, algo que le daba otra categoría.

“Estábamos tan felices con César. Cuidábamos todo. Él era un profesional que cantaba, bailaba, actuaba, compañero, amigo. Muy buena persona, muy educado. Habíamos fusionado mucho las diferentes maneras de ser ante una cámara. Él era de una manera y yo de otra, pero los dos hacíamos uno solo”, remarcó Lupiz, sobre la forma de trabajo.

A partir de lo bien que le fue en la pantalla, es Telefe el canal que se acerca con una oferta económica y artística difícil de rechazar para la dupla. “Nos ofrecieron otros valores y nos dieron permiso para poder elegir nosotros lo que queríamos hacer. Era demasiado lo que nos daba (Gustavo) Yankelevich. Era mucho que pudiéramos elegir autores, temas. Todo era nuestro”, detalló.

Es así como en 1992 Pierry, Lupiz y Ricardo Morán, la otra pata fundamental de Detective de señoras, se pasaron a Telefe con una nueva idea: Mi socio imposible. El ciclo pretendía ser parecido al anterior a nivel de realización, pero más familiar con respecto al contenido.

La manipulación de una bomba de humo por parte de César Pierry se explica teniendo en cuenta lo que era el argumento de Mi socio imposible, una serie que nunca se vio al aire.

“El personaje de César no tenía conocimiento de ser una persona del medio y yo era un doble de riesgo que hacía efectos especiales. Era mi mejor amigo y entonces lo metía a trabajar conmigo pero era muy catrasca, hacía cosas muy adversas a lo que se necesitaba”, comentó Lupiz a TN Show.

Es así como, durante la grabación de la última escena del cuarto episodio de la serie, se produjo el trágico accidente. En la secuencia, los personajes de Morán y Lupiz hablaban entre sí, mientras el de Pierry, totalmente desconcertado, tomaba una granada que estaba arriba de una mesa.

“Por texto decía ‘¿esto qué es?’ y saca la espoleta. Entonces, tira el anillo ese y se llena de humo el ámbito. Al final, debía decir ‘sí, ya sé, es una bomba de humo’, como queriendo explicar que se mandó una macana”, rememoró.

Es en ese momento, en el que se desató el inicio de la tragedia, puntualizó Lupiz: “Cuando hace eso, no se llegó a terminar esa escena. La llama que salta de la bomba hace una subida y una implosión. Se metió adentro. Eso lo tengo muy grabado porque obviamente estábamos mirando. Yo quería ver cómo salía el humo. Y cuando hace eso, explota”.

En 2021, el accidente de Pierry volvió a recordarse como antecedente debido a lo que ocurrió en el set de la película Rust, cuando Alec Baldwin disparó y mató de manera accidental a la directora de fotografía Halyna Hutchins.

Es que durante 19 días, el mundo del espectáculo argentino había estado impactado por lo que había pasado en un set televisivo. No había registros locales de un accidente similar.

Las consecuencias del accidente fueron gravísimas. Lupiz y Morán tuvieron que ser atendidos con heridas leves en el cuerpo, pero Pierry se llevó la peor parte: sufrió la pérdida de tres dedos en la mano que sostenía la bomba, además de quemaduras y lastimaduras en el costado izquierdo de su cuerpo.

“En una bola blanca así de neutrones, protones, lo que quieran llamarlo, todo lo que metas adentro lo destruye totalmente. A mí, la onda expansiva me tiró para un lado. A él, le sacó prácticamente la mano”, agregó.

El supervisor de los efectos especiales de Mi socio imposible fue Tom Cundom. En un comienzo, su figura quedó en la mira mediática, pero con lo que ocurrió luego durante la cirugía, el accidente quedó en otro plano.

“Nosotros confiábamos mucho en quien había hecho los artefactos porque nos había cuidado durante dos años de todos los problemas, pero a la persona que dejó a cargo no se sabe si se le cayó una gaseosa arriba de eso y se mojó la pólvora. No sabemos si fue así. Obviamente que todo fue sin querer”, aportó Lupiz.

En el proceso médico que enfrentó, Pierry soportó cuatro cirugías en 19 días. La última, habían anticipado los profesionales de la salud, iba a ser la definitiva para recuperarse. “Estaba bien. Yo hablé ayer. Los padres estaban muy esperanzados. Estaba estupendo”, había dicho Ricardo Morán, en la noche de la muerte de Pierry, cuando llegó al sanatorio y las cámaras del viejo ATC lo abordaron.

El día de la muerte de Pierry, A Lupiz lo intervinieron para curarlo de algunas de las heridas del accidente.

“Tuve lastimaduras. Una esquirla me la sacaron del pecho el día ese (horas después del fallecimiento del actor). Tuve 19 días una esquirla clavada justo en el medio. Acá (se señala el costado del pecho). En el corazón, ¡mirá vos! Fue durísimo. Es muy duro recordar eso. Tuve partes de la mano de César en mi cara”, lanzó, quebrado y con lágrimas en los ojos.

Para Lupiz fue inimaginable anticipar lo que ocurrió. “Fue algo muy duro y le pegó no solamente a nosotros, a los familiares, a los padres y a los que lo queríamos, sino al público, que estuvo detrás del tema”, comentó.

Si bien el actor murió por un paro cardiorrespiratorio, según consta en el acta de defunción, las razones que llevaron a eso quedaron en la nebulosa. Lupiz está convencido de que hubo negligencia de uno de los profesionales que intervino en la última cirugía. “Fue una mala praxis”, sostuvo.

El actor dijo que revisó uno de los expedientes que tenía el informe médico. Allí, según él, se interiorizó por una de las medicaciones que le suministraron a Pierry durante la anestesia. La cirugía iba a durar muchas horas.

“En el vademecum dice que, en mayor cantidad de esta droga, podía matar a un animal o a un ser humano. Yo que no tengo nada que ver con la medicina, me doy cuenta de eso. La anestesista no se fijó en eso. Fueron cuatro operaciones en 19 días con la misma anestesia que mata a un animal o a un ser humano”, opinó.

Luego de la tragedia, tanto Lupiz como Morán -que murió en 2015- vivieron algunos momentos complicados. “Se hace muy difícil, porque se cortó algo que iba a tener una proyección maravillosa. ‘Ustedes van a seguir mil años siendo pareja’, nos decían”, afirmó.

A pesar de las tres décadas que pasaron, Lupiz sigue teniendo presente en todo momento a Pierry. La hermandad que formaron -los dos, hijos únicos- no era tan común de ver en la pantalla. Sobresalía de ella y se trasladaba a la vida convencional. “Era un compañero terriblemente bueno”, completó.

No es de extrañar que, ante la movilización del recuerdo, Lupiz se quiebre. Pero también que se emocione al traerlo a la actualidad con su memoria. Con sus ojos claros espejados por las lágrimas, compartió una reflexión final y profunda.

“Con César tengo a diario un sentimiento. Yo rezo con mis seres que partieron y siempre está él. Cuando hago un espectáculo o algo nuevo, siempre pienso, ‘¿estaría contento?’. Uno mismo se motiva a pensar que está acompañado por los seres que partieron. Uno los tiene adentro. Creo que ese es mi motor para poder hacer cosas. ¿Ves que yo puedo?”, cerró.

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