El desencuentro amoroso que dio origen a la causa de los cuadernos K
El chofer de Baratta conoció en 2006 en un apart hotel a la mujer que terminó delatándolo ante la Justicia.
En mayo de 2006, Oscar Centeno, sargento del arma de Arsenales del Ejército Argentino retirado, ex remisero de la madre de Julio De Vido y chofer de Roberto Baratta, se separó de su pareja. Se instaló en un apart hotel del barrio de Parque Centenario. Pensó que sería una estadía provisoria para zafar del trance, pero allí conoció a la mujer que, doce años después, obligaría a su vida a dar una curva fatal.
Hilda Horovitz era la encargada de ese apart hotel y en pocos días comenzó una relación sentimental con el ex suboficial. Se mudaron juntos a una casa en Martínez, en la zona norte del Gran Buenos Aires, y luego a un edificio en Bartolomé Mitre 2227, propiedad de Centeno. En 2012, se mudaron otra vez a Olivos.
Según declaró el propio Centeno ante la fiscal Silvana Russi en una denuncia por extorsión contra Horovitz, "la relación entre los dos siempre fue compleja" y "para 2015, la convivencia se volvió insostenible".
En ese expediente, Centeno sostuvo que su ex pareja lo extorsionó reclamándole dinero a cambio de callar lo que sabía sobre el dinero que transportaba en el Toyota Corolla que manejaba.
En esa misma causa también figura la declaración de Horovitz, en la cual reveló que Centeno llevaba a Baratta a recorrer cuevas financieras a buscar dinero que retiraban en bolsos. También dijo que Baratta le daba dinero a Centeno a cambio de su silencio y que ese dinero sirvió para comprar la casa de dos plantas en Olivos en la que hasta ayer dormía Centeno.
El 1 de noviembre de 2017, luego de varios años de conflicto con su ex pareja, que según el relato de la mujer ante la fiscal, incluyeron "PUTIADAS Y TROMPADAS (SIC)", Horovitz dio un paso más. Se presentó ante el juez federal Claudio Bonadio y "solicitó se le recibiese declaración testimonial en la causa Núm. 10.456/2014, caratulada 'De Vido, Julio Miguel y otros s/defraudación contra la administración pública".
Ese día tomó impulso definitivo la investigación judicial que estalló con la difusión de los cuadernos de Centeno que registran en forma detallada cómo circulaban los bolsos repletos de dólares entre las oficinas de los empresarios de la construcción, las manos de Baratta y De Vido, la Quinta de Olivos, la Casa Rosada y el departamento particular de Néstor y Cristina Kirchner.