El desconocido que paga todo
*Por Ricardo Kirschbaum. ¿Cómo se hace para que un desconocido le pague a uno las expensas de su departamento, el servicio de cable y el telefónico?
El dato lo tiene Amado Boudou : Vandenbroele, a quien el vicepresidente dice no conocer, ha decidido correr con esos gastos suyos de puro patriota nomás .
Ahora se sabe, también, que en la causa está acreditado que el director ejecutivo de la ex Ciccone, a quién su ex esposa lo acusa de ser testaferro de Boudou, se hizo cargo de pasajes aéreos del hermano y del mejor amigo del vicepresidente . Y todo sin siquiera conocerlo.
El contragolpe de Boudou, apoyado por la Casa Rosada, le permitió voltear al juez de la causa, Daniel Rafecas; al procurador general, Esteban Righi; e indirectamente al fiscal que lo investigaba en el caso Ciccone, Carlos Rívolo. Fue imputado en una denuncia por enriquecimiento ilícito y el nuevo juez fundió las dos causas y dejó afuera al fiscal que se había tomado en serio su tarea de probar el tráfico de influencia y posible lavado de dinero en el levantamiento de la quiebra de la sofisticada imprenta.
Boudou ni quienes lo ayudan a destajo no pueden borrar las numerosas huellas que acercan al vicepresidente con Vandenbroele.
La información sobre el pago de los pasajes aéreos aporta más pruebas sobre su círculo áulico .
El oficialismo ha decidido defender a ultranza a Boudou. El argumento es político: fue elegido por Cristina para que la acompañe y no puede dejarlo caer porque admitir que sea investigado sería una concesión imposible de tolerar.
Hay quienes recordaron a Spiro Agnew, el vice de Richard Nixon, quien debió renunciar al ser procesado por corrupción . Nixon debió proponer otro vicepresidente, Gerald Ford, quien se quedó en la Casa Blanca cuando el huracán de Watergate se llevó al Presidente .
Aunque logre postergar o frenar la investigación, el caso ya ha afectado la salud política del vicepresidente.
Ahora se sabe, también, que en la causa está acreditado que el director ejecutivo de la ex Ciccone, a quién su ex esposa lo acusa de ser testaferro de Boudou, se hizo cargo de pasajes aéreos del hermano y del mejor amigo del vicepresidente . Y todo sin siquiera conocerlo.
El contragolpe de Boudou, apoyado por la Casa Rosada, le permitió voltear al juez de la causa, Daniel Rafecas; al procurador general, Esteban Righi; e indirectamente al fiscal que lo investigaba en el caso Ciccone, Carlos Rívolo. Fue imputado en una denuncia por enriquecimiento ilícito y el nuevo juez fundió las dos causas y dejó afuera al fiscal que se había tomado en serio su tarea de probar el tráfico de influencia y posible lavado de dinero en el levantamiento de la quiebra de la sofisticada imprenta.
Boudou ni quienes lo ayudan a destajo no pueden borrar las numerosas huellas que acercan al vicepresidente con Vandenbroele.
La información sobre el pago de los pasajes aéreos aporta más pruebas sobre su círculo áulico .
El oficialismo ha decidido defender a ultranza a Boudou. El argumento es político: fue elegido por Cristina para que la acompañe y no puede dejarlo caer porque admitir que sea investigado sería una concesión imposible de tolerar.
Hay quienes recordaron a Spiro Agnew, el vice de Richard Nixon, quien debió renunciar al ser procesado por corrupción . Nixon debió proponer otro vicepresidente, Gerald Ford, quien se quedó en la Casa Blanca cuando el huracán de Watergate se llevó al Presidente .
Aunque logre postergar o frenar la investigación, el caso ya ha afectado la salud política del vicepresidente.